A todos les gusta ganar en los mercados. Es natural sentirse bien cuando has hecho tu tarea y terminas el día con una ganancia para recompensar tus esfuerzos. La participación del ego en el trade, sin embargo, va más allá de esto. Cuando el ego está involucrado, escribimos en el mercado un cheque en blanco para nuestra autoestima. Si el trade es exitoso, nos sentimos bien con nosotros mismos; si entramos en pérdida, nos sentimos disminuidos. Eso ejerce una enorme presión sobre nuestra operativa todo el tiempo. No sólo tenemos la carga y el desafío de leer patrones de mercado complejos; ahora también tenemos un arma psicológica apuntando a nuestra cabeza lista para estallar en cualquier momento si nuestro reconocimiento de patrón nos falla.
La mayoría de los traders son conscientes de los peligros de operar con demasiado apalancamiento. Un trader acostumbrado a negociar 2 contratos, donde cada tick en el ES vale 12,50 dólares, se sentiría abrumado saltar a 100 contratos, donde cada tick ahora asciende a 1.250 dólares. Con las apuestas planteadas a tal grado, el mismo trade ya no se sentiría igual. Sería difícil dejar una posición ir contra usted por un punto (5.000 dólares, en lugar de 50 dólares), y sería difícil dejar que una ganancia funcione. Cuando los traders invierten sus sentimientos sobre sí mismos en sus operaciones, están operando con el máximo apalancamiento emocional. En la moneda de la autoestima, estarían operando con 100 contratos. Tanto cabalga su cuenta emocional en cada trade, que inevitablemente afectará las decisiones sobre reducir las pérdidas, dejar que las ganancias funcionen, o entrar y salir de una manera oportuna. El trader exitoso quiere que sus operaciones funcionen; el trader involucrado con el ego necesita que sean rentables.
Sabemos que el ego amenaza nuestra operativa cuando nos encontramos con la necesidad de negociar sólo para recuperar algunos dólares perdidos recientemente; cuando sentimos el deseo de anunciar nuestras posiciones; y cuando nos encontramos montados en una montaña rusa emocional de ganancias y pérdidas.
Así como podemos reconocer el perfeccionismo de los traders de la ira/frustración, reconocemos a los traders implicados en el ego de la euforia/depresión. Si el trading nos tiene realmente deprimidos, sabemos que no es sólo nuestra cuenta de trading lo que está doliendo. El antídoto para el trade involucrado con el ego es colocar nuestros huevos de la autoestima en muchas canastas: intereses recreativos; otras actividades de trabajo; relaciones; y nuestras vidas espirituales. Muchas veces vertimos nuestra autoestima en el trade porque esas otras facetas de nuestras vidas no están desarrolladas adecuadamente. Una vida equilibrada hace que el trade sea equilibrado.
Podemos sacar parte del ego en el trading aprendiendo de otros, convirtiéndonos en una vela que enciende a otras velas, y usando una parte de las ganancias del mercado para ayudar a otros a hacer que un deseo se haga realidad. Si tus buenos sentimientos en la vida provienen de buenas relaciones y logros dignos, no necesitarás a los mercados para sentirte feliz. El éxito en el mercado puede ser el glaseado en el pastel de tu vida exitosa, rara vez puede sustituir a la torta en sí misma.
En la próxima entrega analizaremos el vicio número 3.
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