Con el convencimiento de que la recuperación del COVID-19 crece día a día, el precio de todas las materias primas está alcanzando su dinamismo prepandemia. En el caso del oro, nada podría ser peor.
A diferencia del petróleo o el cobre, la gloria del oro se consolidó durante los días de confinamiento o, más concretamente, antes de los avances de las vacunas que crearon la esperanza de que la vida que el mundo había llegado a aceptar en este último año llegaba a su fin.
Los precios del oro subieron más de 600 dólares o un 40% desde los mínimos de 2020 para alcanzar máximos históricos en casi 2.100 dólares. Una reversión a la media no sólo desharía el repunte más brillante de la historia del oro, sino que también expondría a aquéllos que mantienen posiciones largas en el metal precioso a un mercado bajista más árido que el actual.
Los futuros del oro, por su parte, registran mínimos de abril de 2020 en torno a 1.673 dólares, dejándose 416 dólares, o un 20%, frente a los máximos históricos de 2.089 dólares registrados en agosto. Cualquier mercado que haya caído un 20% o más desde sus últimos máximos en un contexto de pesimismo generalizado y deterioro de la confianza de los inversores se define como un mercado bajista. Los futuros del oro ya cumplen este requisito.
A los alcistas del oro podrían esperarles más riesgos
Pero dar marcha atrás al reloj del oro expondrá a aquéllos posicionados en largo a precios prepandémicos aún más bajos. Al principio el riesgo está en los mínimos de marzo de 2020 de casi 1.452 a precio al contado. Más abajo está el valle de septiembre de 2019 de casi 1.400 dólares.
Lo que le está pasando al oro es prácticamente incomparable a cualquier otra de las materias primas principales.
El crudo estadounidense, por ejemplo, cotiza cerca de sus máximos de octubre de 2018, tras haber superado los 67 dólares por barril el lunes. El cobre está persiguiendo los máximos históricos de casi 4,50 dólares por libra registrados en septiembre de 2011. La soja va camino de los picos de 2014 de casi 14,60 por fanega y el café, justo por debajo de 1,40 dólares por libra, se acerca a los picos de septiembre de 2017. Todos estos mercados parecen registrar "historiales de crecimiento" que se corresponden con una de las recuperaciones económicas más dinámicas jamás proyectadas a partir de una recesión.
El rendimiento de los bonos está matando al oro
El oro también tiene un potente historial: la posibilidad de una inflación desbocada por los déficits fiscales y la nueva deuda de billones de dólares que la Administración Biden incorporará a la maquinaria de la recuperación. Durante décadas, el oro se ha promocionado como la mejor cobertura contra la inflación. Mark Zandi, de Moody's (NYSE:MCO) Analytics, advierte de que Wall Street está subestimando considerablemente la gravedad de un regreso de la inflación propiciado por el plan de recuperación de Biden, afirmando que afectará a todos los rincones de la industria, desde las grandes operaciones tecnológicas hasta las cíclicas.
El problema para el oro es que el rendimiento de los bonos estará en el epicentro de cualquier inflación que surja de esta recuperación.
El rendimiento de los bonos y el dólar presiona a la mayoría de los mercados para que reviertan a la dinámica prepandemia, así que cada vez es más difícil para el oro tomarse un descanso.
El maltrecho RSI puede ser la mejor esperanza para el oro
Un estudio del índice estocástico de fuerza relativa del oro, o RSI, indica condiciones severas de sobrecompra y la posibilidad de regresar a un territorio de 1.800 dólares, dice Sunil Kumar Dixit, de SK Dixit Charting, en Calcuta, India.
Pero antes de eso, aquellos posicionados en largo en el oro aún podrían sufrir más penurias, dice, y añade:
"Los mínimos del lunes de 1.676,93 dólares del oro al contado podrían no ser suficientes. Los bajistas han estado apuntando a la MMS (media móvil simple) de 100 semanas actualmente registrada en 1.648 dólares. Esto tiene un potencial creíble para actuar como fuerte apoyo en caso de una caída libre que los mercados ya han presenciado".
Dixit ha dicho que un repunte hasta 1.785 dólares, que coincide con la MME o media móvil exponencial de 50 semanas, era probable a partir de ese momento, aumentando hacia 1.831 dólares, que marcará una MMS de 20 semanas.
"Una cosa es segura: el RSI estocástico está en territorio de sobreventa extrema con lecturas de cero a 3. Pero cualquier movimiento al alza estará condicionado por el precio al contado que se mantiene por encima de 1.720 dólares. Ése será el reto. De lo contrario, un movimiento por debajo de 1.648 dólares podría ser una opción".
Gráfico cortesía de SK Dixit Charting
Jeffrey Halley, estratega senior de mercados para la región de Asia-Pacífico en OANDA, está de acuerdo en que un RSI golpeado por el oro podría ser al mismo tiempo una bendición y una maldición:
"Una esperanza de respiro reside en que el RSI del oro se traslade a territorio de sobreventa. Sospecho que el oro limitará las pérdidas en 1.680 dólares en las próximas jornadas mientras los mercados negocian las subastas de bonos estadounidenses de esta semana".
"Dicho esto, creo que estamos entrando en un escenario de operaciones limitadas a un rango, y es difícil imaginar que el oro logre superar el nivel de 1.720 dólares por onza esta semana. El escenario más probable sigue siendo una consolidación paralela seguida de otra caída significativa dirigida al área de 1.600,00 dólares por onza".
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan utiliza una serie de puntos de vista aparte del suyo para aportar diversidad a su análisis de cualquier mercado. Como analista de Investing.com, presenta puntos de vista divergentes y variables del mercado. No tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.