Hasta finales de diciembre todavía queda algo de tiempo, pero ya podemos decir que 2017 será un año récord para los bancos centrales. Para resumir la impresión de moneda realizada por el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ) y el Banco Nacional de Suiza (BNS), resulta que estas tres instituciones han emitido 1,5 billones de dólares sólo este año. ¡Tal escala de reimpresión nunca se había dado antes en la historia! Además, todo esto sucede en un período en el que la economía global está avanzando relativamente bien.
Las actividades de los bancos centrales han conducido a la creación de una burbuja económica que en las siguientes décadas se le conocerá como la “burbuja total" (burbuja en acciones, bonos, bienes inmuebles y criptomonedas).
La compra de activos introducida por los banqueros centrales ha dado lugar a una fuerte desviación entre la valoración de los activos financieros (acciones o bonos) y los activos tangibles. Un buen ejemplo de la situación actual es el siguiente gráfico que muestra la relación entre el precio de la acción (índice S&P 500) y el de las materias primas. Podemos ver que las acciones son incluso mucho más caras que en el año 2000, el año de la burbuja de Internet.
Al evaluar la situación en el mercado bursátil, también analizamos regularmente el Wilshire 5000, es decir, el "Índice de Buffett". Dicho índice compara el valor del mercado de valores y el PIB de los Estados Unidos. Actualmente, el Wilshire 5000 es del 140,6%, lo que significa que ya estamos realmente cerca de los niveles récord de 2000 (entonces el colapso ocurrió en niveles del 148,5%).
Ciertamente, un índice tan alto es una de las razones por las que Warren Buffett tiene tanto efectivo, el cual a principios de octubre representaba hasta el 36% de la cartera del empresario estadounidense.