Los objetivos económicos para 2017 de la APN de China (Asamblea Popular Nacional), que incluían una desaceleración de la meta de crecimiento del PIB al 6,5% (por debajo del objetivo de 2016 de 6,5-7,0%) acapararon los titulares.
Sin embargo, en lugar de una indicación de perspectivas más débiles, esta cifra conservadora (y madura) indica un énfasis en la estabilidad en lugar de la ostentación a través de la aceleración económica. Además, las reservas de divisas de febrero apuntan a una reversión de la salida de capitales, deteniendo temporalmente las predicciones del fin del mundo.
La producción industrial de enero/febrero sorprendió levemente al alza, registrando un 6,3% interanual frente al 6,2% esperado y el 6,0% de la cifra anterior. La inversión en activos fijos se aceleró considerablemente y aumentó un 8,9% interanual, muy por encima del pronóstico promedio de 8,3% y la cifra anterior del 8,1%. La única mancha en el paisaje de otro modo alentador es el indicador de ventas minoristas, que se desaceleró a 9,5% (10,6% esperado y 10,4% anterior).
Sin embargo, en nuestra opinión, los datos proporcionados son una evidencia adicional de que China está preparando para un primer trimestre fuerte. En una nota al margen, el reblandecimiento de la retórica del presidente de EE.UU., Trump, sugiere que una guerra comercial o el tráfico con una nación específica es poco probable (aunque una política comercial menos punitiva es altamente probable). Sin embargo, como con todos los líderes populistas, cuando los índices de aprobación caen, ellos recurren de nuevo a las cuestiones de línea dura que los llevaron al poder en primer lugar.
Con respecto a las divisas, después de perder más de un 1% frente al dólar desde mediados de enero, el yuan chino tomó un respiro. Esta mañana el renminbi operaba alrededor de 6,91, mientras que en el mercado offshore el yuan cotizaba alrededor de 6,90. No esperamos que el yuan se debilite frente al dólar, al menos no al mismo ritmo que el año pasado.