Se inicia una semana plena de datos macroeconómicos provenientes de Estados Unidos, los cuales probablemente comiencen a configurar la tendencia del dólar para el resto del año.
Si bien los datos de la fecha, las ventas de viviendas nuevas, y del martes, cifras de ventas minoristas e índice de precios de la producción, son claves y ofrecerán algún impacto en los precios, sin dudas el anuncio de política monetaria por parte de la Fed, previsto para el miércoles pasado el mediodía, acapara la atención de los inversores.
De allí es que se puede esperar que el dólar permanezca en una suerte de "stand by" ante las monedas principales hasta la publicación de dicho comunicado, el que además es objeto de todo tipo de especulaciones por parte de los mercados.
Las últimas semanas, de todas formas, han desvirtuado la probabilidad de que la Fed reduzca su plan de estímulo a la economía, como se esperaba hasta septiembre. El "shutdown", el casi default, salvado vergonzosamente sobre la hora, y una serie de datos desalentadores, adhieren a que el organismo siga colocando dinero en el circuito económico, para euforia de los inversores de acciones, que ven circulas dólares baratos y se vuelcan a los papeles, y para alegría de los gobiernos de países emergentes, que siguen la fiesta de tomar deuda a bajo costo.
El euro, en este contexto, así como la libra Esterlina, viven buenas horas, no por mérito propio (la encuesta IFO de Alemania, principal referente macro de la moneda única cayó el viernes), sino por un dólar vapuleado por el que pocos apuestan.
Sin embargo, es sabido que le quedan pocos meses a este período de euforia, y que ya entrado 2014, en el mejor de los casos, Estados Unidos deberá apreciar a su moneda, so pena de comenzar a sufrir con la inflación, mal que los bancos centrales buscan combatir a como de lugar.
De todas formas, esta lucha se verá menguada con Janett Yellen al mando de la Fed. La funcionaria no reniega tanto de la inflación, como los antiguos burócratas de mercado como Alan Greenspan y en menor medida Ben Bernanke, y sí pone más el foco en las cuestiones sociales, tal vez en línea con la política del Presidente Obama.
Un verdadero rompecabezas es el que le espera a las divisas en un contexto semejante. Por el momento, nada indica que las monedas europeas pierdan valor en forma sustancial, más allá de correcciones puntuales. Tampoco se ve al yen cayendo de manera decisiva, aunque la barrera de 100 unidades aparece cercana e inminente de ser quebrada.
Para las próximas horas sí se puede esperar un retroceso de las divisas europeas y también del yen, acompañados por el dólar australiano, fuerte por el momento por el avance de la onza de oro.