Ray Dalio (@raydalio) es el fundador de Bridgewater, uno de los mayores y probablemente más exitosos y consistentes hedge funds de todos los tiempos. Fue uno de los pocos que obtuvo rentabilidad positiva en 2008 (+8,7% vs. una caída del S&P del 38,49%).
Creció en Long Island, en una familia de clase media y ya con doce años hizo su primera inversión en bolsa. A los 26 años fundó Bridgewater, y actualmente tiene alrededor de 160.000 millones de activos bajo gestión.
Considerado por la revista Chief Investement Officer, como el Steve Jobs de las Inversiones, Ray Dalio subraya que para tener éxito en las inversiones (y en general en cualquier empresa), uno tiene que ir contra el consensus, ser humilde, y además acertar .
“To make money in the markets, you have to think independently and be humble. You have to be an independent thinker because you can´t make money agreeing with the consensus view, which is already embedded in the price. Yet whenever you are betting against the consensus, there´s a significant probability you´re going to be wrong, so you have to be humble”
Pero es más fácil decirlo que hacerlo, y en el camino se comenten errores que pueden llegar a ser extremadamente dolorosos y traumáticos (él mismo quebró y tuvo que pedir dinero a su familia para poder pagar las facturas). De hecho, él se considera un profesional a la hora de cometer errores. Pero destaca que los errores en realidad son una oportunidad, y en su caso, cuando los cometía, en vez de seguir pensando que tenía razón, empezó a preguntarse cómo podía saber si realmente tenía razón.
Todas estas reflexiones le condujeron a construir un acercamiento sistemático a la hora de invertir y gestionar. Un proceso que tiene como fin la mejora y el aprendizaje continuo, así como el desarrollo de una comprensión global de cómo funcionan y reaccionan los mercados. Y parte fundamental de este acercamiento sistemático es cómo aprender de los errores cometidos e incorporar las lecciones en el mismo.
Este acercamiento se terminó traduciendo en una serie de principios, cuyo objetivo eraq que le guiaran, y le evitaran su arrogancia innata. Posteriormente codificó esos principios de actuación (los transformó en algoritmos) para evitar la interferencia del yo impulsivo, de lo que Khaneman llama el System I en su libro Thinking Fast and Slow.
Como principios generales, en su empresa propone la Meritocracia de Ideas y la Transparencia Radical (permitiendo que la gente que piense distinto, pueda decirlo sin miedo a represalias), creyendo firmemente que ambas propuestas mejoran la adquisición de experiencia y por tanto los resultados .
En el libro que publica precisamente hoy, Principles: Life and Work, detalla cómo esos principios pueden ayudarnos a invertir, vivir y trabajar con más éxito. Un libro con las reflexiones y los aprendizajes de una vida apasionante.