Finalmente, EE.UU. y China fueron capaces el viernes de alcanzar un acuerdo de “mínimos” en el ámbito comercial, acuerdo que entendemos ambas partes “forzaron” para intentar reducir las tensiones en los mercados financieros y evitar nuevos daños a la economía global, la cual se ha visto penalizada por el largo conflicto comercial que mantienen ambos países. Según este acuerdo, que el presidente de EE.UU., Trump, calificó como la primera fase de un acuerdo de mayor alcance, EE.UU. no incrementará como estaba previsto sus tarifas a 250.000 millones de dólares de importaciones chinas (las habría subido hasta el 30% desde el 25% actual), mientras que China se compromete a aumentar sus compras de productos agrícolas estadounidenses. Por tanto, el acuerdo es muy limitado. En este sentido, señalar que la reacción de los mercados financieros, especialmente de los activos de riesgo, fue algo exagerada, producto del “alivio” que supuso para muchos inversores el hecho de que las negociaciones no se rompieran, como podría haber pasado, y el conflicto comercial fuera a más. No obstante, todavía queda mucho por negociar, sobre todo en lo que hace referencia al traspaso forzado de tecnología, al robo de propiedad intelectual y a la manipulación de la divisa, temas todos ellos muy delicados para China ya que supondría modificar su modus operandi y, por ello, de difícil solución. Lo mejor, por tanto, es el hecho de que ambos Gobiernos se han dado cuenta de que no podían seguir “estirando la cuerda” mucho más, ya que el conflicto estaba comenzando a pasar factura a sus economías, lo que políticamente no les interesaba. Por tanto, y al menos durante unas semanas, este tema queda “aparcado”, aunque estamos seguros de que se volverá a hablar de él y de las siguientes fases del acuerdo. Los inversores, aunque en el corto plazo pueden “respirar tranquilos”, en el fondo saben que este tema va para largo.
Algo parecido ocurrió el viernes con el proceso del brexit y con su impacto en los mercados financieros. Así, una ola de optimismo desmesurado sobre un posible acuerdo de salida entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) impulsó las bolsas europeas al alza, lideradas por una libra esterlina que recuperó terreno con mucha fuerza en relación al dólar y al euro. A su vez, las cotizaciones de los bancos británicos se dispararon al alza, arrastrando tras de sí a todo el sector europeo. No obstante, este fin de semana las noticias que llegan tanto desde el Reino Unido como desde la Unión Europea (UE) no son tan positivas -ver sección de Economía y Mercados-, ya que los países de la UE no consideran que la oferta británica sea suficiente. Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, sigue empeñado en que su país abandone la UE el 31 de este mes. De momento, las partes se han citado HOY lunes para seguir negociando al no haber avanzado mucho durante el fin de semana, mientras que en la cumbre del jueves y viernes está previsto que los líderes de la UE tomen una decisión al respecto.
Por último, destacar que esta semana comienza de forma oficiosa en Wall Street la temporada de presentaciones de resultados trimestrales. En principio, el consenso de analistas, que ha venido sistemáticamente reduciendo sus expectativas de resultados para muchas cotizadas en las últimas semanas, espera que el beneficio por acción de las compañías del S&P 500 descienda cerca del 4,5% en términos interanuales, lo que supondría el tercer trimestre consecutivo de caídas interanuales de resultados, algo que no se daba desde finales de 2015 y comienzos de 2016.
Así, y durante la semana que hoy comienza, unas 50 compañías integrantes del S&P 500 darán a conocer sus cifras trimestrales, comenzando con los bancos JPMorgan Chase (NYSE:JPM), Goldman Sachs (NYSE:GS), Citigroup (NYSE:C), y Wells Fargo (NYSE:WFC), y las compañías Johnson & Johnson (NYSE:JNJ), UnitedHealth Group (NYSE:UNH) y United Airlines. El miércoles será el turno de Bank of America (NYSE:BAC) y de Morgan Stanley (NYSE:MS), además de Neftflix e IBM (NYSE:IBM). El jueves será Honeywell (NYSE:HON) International la que dé a conocer sus resultados, mientras que el viernes lo harán American Express (NYSE:AXP) y Coca-Cola (NYSE:KO). Lo más relevante no será tanto las cifras que presenten las compañías, que también, sino lo que digan sus gestores sobre el impacto que en ellas están teniendo o pueden tener factores como las tensiones comerciales entre EE.UU. y China, las tarifas impuestas, las reducciones de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) -especialmente en el caso de los bancos-, la desaceleración del crecimiento global o la fortaleza del dólar. Es por ello que la reacción de las acciones de estas compañías dependerá en gran medida de lo que los directivos de las mismas digan sobre sus expectativas de negocio en el medio plazo dado el entorno complejo y de menor crecimiento al que se enfrentan sus empresas.
Por último, señalar que hoy, y en una sesión que presenta una agenda macro y empresarial muy limitada, esperamos que las bolsas europeas abran planas o ligeramente a la baja, pero sin una clara tendencia. Con el conflicto comercial entre EEUU y China “aparcado” de momento, tras la “tregua” alcanzada el viernes por ambos países, será el proceso del brexit, que sigue muy incierto, el que centre la atención de los inversores. Habrá que estar por ello muy atentos al comportamiento de la libra esterlina, que es el mejor “termómetro” para saber cómo se están desarrollando las negociaciones. En este sentido, señalar que, a pesar de los publicitados avances, el “fantasma” de un brexit duro sigue muy presente y puede tener un impacto muy negativo en los mercados.