Quizás era inevitable que el final de Brexit vendría determinado por una serie de ultimátums, pues el plazo supuestamente inmodificable del 29 de marzo se ha ampliado hasta el 12 de abril para evitar un Brexit sin acuerdo y hasta el 22 de mayo para que el Brexit siga el plan concretado entre Londres y Bruselas.
La libra se mantuvo estable frente al dólar después de que los líderes nacionales de la UE establecieran los términos de su ultimátum la semana pasada, debido en parte al debilitamiento del dólar tras la prudente postura de la Reserva Federal.
Pero a los analistas les preocupa que los traders de divisas sean demasiado optimistas acerca de un resultado positivo del caos actual, pues parece que esperan que la primera ministra, Theresa May, (o su sucesor) y los parlamentarios británicos cedan y soliciten un aplazamiento más largo, o que al menos acepten el acuerdo que hay sobre la mesa.
Según los términos establecidos por la UE, cualquier aplazamiento más allá del 22 de mayo supondría la participación de los británicos en las elecciones europeas, que comienzan el 23 de mayo. Eso, para muchos, significaría que el Brexit está condenado en cuanto a sus aspectos más significativos. Ése parece ser el resultado que esperaban los mercados de divisas manteniendo estable la libra, aunque un aplazamiento largo podría provocar también una fuerte subida de la libra.
Pero cualquiera con dos dedos de frente esperaba que los votantes británicos rechazaran el Brexit en 2016, y se equivocaron. Así que hay muchas probabilidades de que estas expectativas supuestamente lógicas vuelvan a no cumplirse.
En cualquier caso, esta semana está llena de imponderables. May someterá su acuerdo con la EU a otra votación, si se lo permiten, con sus diferentes plazos —o no, si cree que está condenado a una tercera derrota.
El Parlamento decidirá si quiere celebrar una votación de las posibles alternativas. Según The Guardian:
Los miembros del Parlamento votarán este lunes sobre la conveniencia de tomar el control de la agenda parlamentaria y celebrarán una serie de votaciones indicativas sobre las opciones alternativas, incluyendo una unión aduanera y un segundo referéndum.
También podría ser posible que May simplemente tirara la toalla y dimitiera, aunque es muy complicado que su partido conservador se ponga de acuerdo en este momento en un nuevo líder, a pesar de que quieren evitar a toda costa las elecciones anticipadas.
Dos comodines que a pocos se le habían ocurrido están dando forma desproporcionadamente al curso de los acontecimientos: la cuestión de la frontera irlandesa, que trata de conciliar las irreconciliables posturas de preservar un comercio sin fronteras entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte pero sin un concepto de Reino Unido como un todo en la unión aduanera, y las elecciones europeas, con Bruselas insistiendo en que el Reino Unido tiene que participar si sigue siendo miembro oficialmente.
Hay sólo dos maneras de evitar la votación europea: una salida sin acuerdo el 12 de abril o el 22 de mayo con el acuerdo de May, marcando el comienzo de un período de transición hasta el 31 de diciembre de 2020. Eso mantendría las relaciones entre el Reino Unido y la UE como hasta ahora, incluso aunque los detalles de la relación post-Brexit ya se hayan establecido.
Esto significaría también aceptar las garantías de la UE, de buena fe, de que la cuestión de la frontera irlandesa no ataría permanentemente al Reino Unido a la unión aduanera, aunque es difícil adelantar cuál sería el compromiso final. Sin embargo, con todas sus imperfecciones, el acuerdo debería empezar a parecerles bastante bien a los partidarios de un Brexit estricto del partido conservador y sus aliados del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte. No habrá ningún arreglo en la frontera irlandesa con un Brexit sin acuerdo.
Alrededor de un millón de personas han participado en las manifestaciones de Londres de este sábado instando a un segundo referéndum. Pero el margen a favor del Brexit en el referéndum de 2016 fue de casi 1,3 millones y Londres votó a favor de permanecer en la UE por un margen de 60-40, por lo que no es muy probable que la protesta de la capital, por multitudinaria que haya sido, refleje la voluntad del pueblo.
Tal vez los traders de divisas tengan razón. A pesar de todas las tribulaciones que nos han traído hasta este momento, el Reino Unido continuará con el acuerdo que hay sobre la mesa o conseguirá un aplazamiento que nos llevará a una versión más suave del Brexit o a la cancelación del mismo.
Las apuestas, sin embargo, indican una disminución de las posibilidades de un Brexit sin acuerdo hasta un 25%, un 3/1 frente al 5/1 anterior. Pero también se equivocaron cuando la votación del primer referéndum.