A pesar de unas circunstancias financieras muy complicadas, el gobierno de Rajoy merece el crédito por su determinación para tratar de estabilizar la nave española. El mes pasado, se cambió la ley en España para permitir que el gobierno central interviniera en los asuntos fiscales de los gobiernos regionales, antes autónomos. Cabe indicar que éstos no han podido acceder a la financiación en los mercados de capitales últimamente y se han visto, por tanto, obligados a aceptar las garantías y otros tipos de asistencia financiera por parte del gobierno central.
El objetivo es reducir el déficit presupuestario global en España hasta el 5,3% del PIB este año, aunque dada la forma en que la economía está comportándose, es muy posible que el déficit fiscal está más cerca del 7%. A pesar de los esfuerzos, es evidente que la recesión en España está empeorando. Según el Banco de España, la morosidad se elevó a 8,37% del total de préstamos en marzo, al parecer, los préstamos incobrables aumentaron en un significativo 90% en el año que finalizó el 1T. Los préstamos dudosos ascienden a 147bn. No es de extrañar que Moody 's decidiera rebajar a 16 bancos españoles la semana pasada.