Estamos en medio de un choque energético de época. Ciertamente empeoró por la crisis en Ucrania: pero el aumento de los precios del petróleo y el gas ahora parece inexorable desde el famoso mínimo del petróleo en abril de 2020.
En ese momento, recuerdo, en algunos webinars señalamos que los precios de futuros en diciembre de 2020 ya estaban en 32 dólares, mientras que el petróleo luchaba por subir nuevamente a 6 dólares.
Un oyente nos dijo que el precio de los futuros no importaba y que el petróleo ahora era un producto terminado, el mundo había avanzado y el petróleo permanecería a precios ridículos. Era el sentimiento generalizado en ese momento.
También recuerdo, con el petróleo a 30 dólares, que escribió un lector, reprochándonos que deberíamos haber dado algún consejo alcista con el petróleo a 6 dólares. Como si 30 dólares fuera un precio terminal para el petróleo.
En julio de 2021, invitados de algunos programas de TV en Italia, reiteramos que el petróleo tendría un receso de verano pero luego explotaría hasta y por encima de los 100 dólares el barril. Y luego la guerra en Ucrania lo hizo estallar mucho más.
Había una gran ilusión, seamos realistas: la Economía Verde no ha reemplazado en modo alguno, como muchos pensaban, la demanda mundial de petróleo.
Un gran gestor de inversiones, Murray Stahl, dejó muy claro en uno de sus artículos el problema que plantea esa ilusión.
En noviembre de 2020, argumentó que las compañías de petróleo y gas de todo el mundo redujeron las inversiones en nuevos pozos a un ritmo asombroso. Y agregó:
“Exxon Mobile y Chevron (NYSE:CVX), por ejemplo, gastaron un 70 por ciento menos en perforación de pozos entre 2020 y 2021 que en 2014. Esa reducción en el gasto pronto afectará la producción.
Los inversores subestiman la cantidad de dinero necesaria para construir infraestructura de energía renovable en todo el mundo. La demanda de petróleo se mantendrá fuerte”.
Stahl está convencido de que la transición a la energía renovable será mucho más difícil de lograr de lo que la mayoría de la gente piensa. Incluso en los casos más optimistas para el futuro del crecimiento de las energías renovables, seguiremos necesitando una gran cantidad de petróleo y gas para ayudar a satisfacer el crecimiento mundial de las necesidades energéticas.
Mucho antes de que Rusia invadiera Ucrania, el sector del petróleo y el gas era la oportunidad de inversión de su vida. Asimismo, el reciente aumento de los precios del petróleo relacionado con la guerra ha impulsado la demanda.
Desde noviembre de 2020, el sector energético ha subido más de un 127 % y ha superado la subida del 18 % del S&P 500 en el mismo período de tiempo. Rendimiento siete veces superior.
Las energías renovables son el futuro. Pero no se puede construir el futuro sin el presente y, al menos, un futuro próximo. Y no parece que el futuro del petróleo sea tan cercano y efímero.
Y la gran lección, como siempre, es mirar los números y no seguir las sensaciones o percepciones intuitivas. La realidad es otra cosa.
PD: No haga trading y no invierta dinero en percepciones. Los números son lo único que importa en las finanzas. Y un poco también en economía.
Las noticias tienden a distorsionar nuestras percepciones. Es por ello que advertimos contra el análisis obsesivo de las noticias con el fin de definir una estrategia operativa. Antes de las noticias están los números y de las pocas noticias fundamentales, si puedes, extrae sólo los números.