Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención...), si era bueno o malo que hubiera mucha volatilidad, mucho movimiento (al alza o a la baja) en los mercados.
Los últimos meses se han producido fuertes y hasta violentos movimientos en la mayoría de los índices y de los diferentes pares de divisas, el precio se ha movido no solamente decenas, sino centenares de puntos o de ticks en poco tiempo, y esa extrema volatilidad, ese continuo subir y bajar del movimiento del precio, sin duda puede haber desconcertado a mucha gente, y por los correos y comentarios que recibo, me consta que hay gente que ha conseguido incrementar enormemente su cuenta... y otros, por desgracia, se han saltado sus reglas, han movido una y otra vez sus stops, no han sido disciplinados... y han perdido una gran parte del saldo de la misma... o incluso la cuenta entera y, lo que es peor, igual incluso la moral.
Dicen que nunca llueve a gusto de todos, y que nunca también el mercado sube o baja a gusto de las posiciones de todos los tráders...Lo que para algunos fué un "lunes negro", para otr@s sin duda fué de color verde y con buenas oportunidades (para mí Julio y Agosto han sido meses en los que se han producido muchas señales, con muy buen recorrido y con posibilidad de obtener un buen puñado de puntos...las subidas y en las caídas).
Personalmente, siempre recomiendo y enseño operar en mercados volátiles, operar en instrumentos o activos financieros que "se muevan", que tengan oferta y demanda, que me ofrezcan cada día una tarta con muchos puntos (al alza o a la baja, hacia arriba o hacia abajo), para que yo intente dar los mordiscos suficientes para conseguir mi objetivo. Entendiendo el trading y la especulación en los mercados (al nivel que sea), como un negocio, si hago un símil del mismo por ejemplo con un establecimiento comercial, lo que me interesará que pase mucha gente por la calle en la que tengo mis instalaciones, que hay mucho tránsito, mucha gente alrededor... Si opero en un mercado concreto, también desearé que dicho mercado tenga "vida", que me ofrezca oportunidades, que desde la apertura hasta su cierre, del mínimo al máximo, se mueve los máximos puntos o ticks posibles...
Si no hay volatilidad, si el precio no se mueve, no me va a dar opción a entrar, a ponerme corto, a ponerme largo... a ir por mi trozo diario, semanal o mensual de mi pastel... Pero por supuesto, y es algo que repito continuamente, tendré que tener siempre un plan de trading predefinido para saber cómo actuar cuando el mercado sube o baja mucho de golpe, haber aprendido, haberme formado y probado mi sistema, asumir cuánto es el máximo riesgo que voy a aceptar (qué cantidad máxima es la que quiero o puedo perder, según el tamaño de mi cuenta, mi tiempo, mi experiencia, mis conocimientos...) y haga lo que haga dicho mercado, tratar de actuar yo siguiendo las directrices del mismo: ni dejándome vencer por el ego y entrar con más contratos de los que debiera o con reglas diferentes a las habituales, ni que domine el pánico y no tener la sangre fría suficiente para cerrar una operación perdedora, abrir la siguiente (tanto al alza como a la baja, tanto si sube como si baja) y olvidándome de la anterior, gestionar la nueva entrada para sacarle todo el jugo y todos los puntos posibles...
A veces, en la vida y en el trading, no sabemos muy bien si queremos que las cosas transcurran muy lentamente o por el contrario, lo hagan de un modo rápido y acelerado. Somos pura contradicción: si nada se mueve, nos quejamos de que la vida o los mercados no nos dan oportunidades para llevar a cabo nuestro objetivo, nunca pasa nada y por eso no podemos tampoco hacer nada. O por el contrario, si no conseguimos triunfar es porque las cosas transcurren demasiado velozmente y no nos da tiempo nunca a subirnos al tren.Excusas hay siempre para todo, pero lo que hay que tener claro es que somos nosotros los que debemos adaptarnos a la velocidad a la que gire la vida y a la que se mueva el mercado, y nunca al contrario. Las cosas y los gráficos no van a adelantarse ni a detenerse por mucho que nosotros lo deseemos. Habrá que adaptarse y ser más o menos prudentes, y adaptar nuestra gestión monetaria, e incluso nuestros stops y nuestro beneficios si hay más o menos volatilidad y velocidad, si las cosas pasan igual de rápido o no.
En el trading, la volatilidad es necesaria para llegar a nuestro destino, pero no debemos dejar (de nuevo y como siempre) que ese aire, que esos movimientos, trastoquen nuestro plan, nuestra disciplina, nuestras reglas... Sin viento no pueden moverse las velas... ni las de los gráficos, ni las del barco que nos lleve a la ansiada y bendita consistencia. De nosotros depende mantenernos siempre firmes al timón de nuestro barco.