Si hay una estrategia bastante generalizada con relación a las criptodivisas esa es la de comprar y mantener. Comprar y sentarse junto a la chimenea a ver como llueve en la renta fija y en la renta variable. Comprar y dejar que gire el mundo, gire, en el espacio infinito, sin mayor preocupación que atesorar esas monedas como si fueran la última cocacola del desierto.
Compre un bitcoin y asegúrese su jubilación. Compre un bitcoin y ni se le ocurra venderlo. Compre un bitcoin y que le entierren con él. Déjeselo a sus hijos, o mejor todavía, a sus nietos y dígales que hagan lo mismo con él. Compra ahora mismo y luego, ya si eso, ya lo venderás, pero todavía no, que todavía le queda mucho por subir.
HODL, le llaman ahora los incondicionales de las criptomonedas, porque ahora ya no basta con decir “cocreta” y “albondriga”, sino que hay que hablar mal inglés también, porque todos los demás lo hacen y es necesario buscar nueva jerga hasta debajo de las piedras. El ser humano es así, somos tan especiales que necesitamos sentirnos especiales escondiéndonos entre la masa.
He de reconocer que yo todavía soy un gran desconocedor de todo este criptomundo, y lo que aprendo cada día sobre la materia sí que me invita a pensar que el recorrido que tienen por delante las criptomonedas y la cadena de bloques es tan amplio como el ser humano quiera darle, gobiernos e instituciones mediante.
Puedo comprar también el principio de que, dado el potencial de revalorización de estos activos, cualquier precio actual es barato. Sin embargo, me sorprende que la indicación generalizada sea la de mantener la posición, independientemente del precio del momento y del precio de entrada, en vez de hacer algo tan disparatado como comprar barato y vender caro, para volver a comprar más abajo y repetir la operación tras una posterior subida.
En la redacción de Investing.com recibimos decenas y decenas de análisis todas las semanas y en todas nuestras ediciones sobre las criptomonedas, incluso le hemos dedicado un apartado en exclusiva en nuestra sección de Análisis y Opinión, sin embargo, la mayoría de los análisis que recibimos, incluso en nuestro hermano mayor, la edición para Estados Unidos, los análisis técnicos son minoría frente a los análisis más fundamentales que se dedican a analizar la viabilidad y futuro de una u otra criptomoneda.
Ni siquiera la aparición de los futuros en el mercado de Chicago han situado a las divisas digitales como un activo en el que operar de igual forma que se hace con el resto de instrumentos “tradicionales”. Al menos esa es la sensación que tengo, y aunque es exagerado decir que nadie lo hace, tengo la percepción de que el interés por operarlas es muy inferior en comparación con otros activos.
Joaquín Gual, CEO de más que trading, me da una pista de porqué no he visto hasta la fecha análisis sobre los futuros de Chicago: las exageradamente elevadas garantías que exigen para poder operar.
Según me detalla, CME pide como garantías 50.000 dólares disponibles en la cuenta con la que se opere, cuando para negociar con el crudo, por ejemplo, el capital exigido es de solo 1.000 dólares.
Así las cosas, no es de extrañar que no haya visto análisis técnicos sobre los futuros del bitcoin por parte de nuestros colaboradores.
Descartado por unanimidad por el resto de traders a los que he consultado, el scalping también debería ser una práctica totalmente contraindicada y, de igual modo, tampoco sería aconsejable tratar de hacer trading con aquellas divisas menos líquidas. Así lo recomendable sería optar en su lugar por las más populares, el bitcoin y el ethereum y, en menor medida alguna, otra como litecoin, el cash o el ripple.
En la mayoría de los casos, ni siquiera operar en euros sería recomendable. Tanto en el caso de porqué optar por las criptomonedas más populares como el hacerlo siempre con dólares, la explicación sería la misma: el análisis técnico siempre funciona mejor cuando hay mayor liquidez, especialmente a la hora de ver niveles de soporte y resistencia, tal y como me argumenta Sergio Ávila, analista de IG.
En este mismo sentido, Eduardo Bolinches, director de EscueladeTradingyForex.com, me explica que, básicamente, el análisis técnico tiene su fundamento en la psicología de masas y, por lo tanto, funciona mejor en aquellos activos donde más gente y volumen hay implicados.
Del mismo modo que funciona mejor para el mercado de divisas que para las acciones o incluso los índices, el análisis técnico se aplica mejor al bitcoin que a otras criptos más desconocidas, añade.
Una vez planteado todo lo anterior, los tres coinciden en apuntar que la operativa para BTC/USD es la misma que para el EUR/USD. Una vez metidos en la harina del análisis puramente técnico, ya no habría diferencia y se debería afrontar como cualquier otro mercado, en el que cada trader deberá aplicar su propio sistema y obedecer lo que le indiquen sus propias señales.
Aquí es donde empiezan a imponerse ya las preferencias en función de cada trader. Gual, por ejemplo, descarta la operativa intradía y mira más a largo plazo y, sobre todo, ve más futuro en las ICO, las OPV de las criptomonedas.
Considera Gual que un dinero bien invertido y diversificado en varias de estas ofertas iniciales podría tener un rendimiento muy superior a cualquier otro movimiento en el caso de una de estas criptos en fase embrionaria despuntara con fuerza. Obviamente, ello requiere un estudio muy detallado de cada una de las ICO en las que estar, por que si no sería como jugar en el casino.
Por el contrario, tanto Bolinches (que se olvidó de aquello del HODL y vendió en el mes de noviembre en una jugada que muchos firmarían), como Ávila sí que optan por la opción del intradía, a pesar de que los spreads aplicados en muchas casas de corretaje suelen ser considerados por los traders como muy elevados.
Preguntado precisamente por este último aspecto, Ávila pone de ejemplo el caso concreto del bitcoin, en el que 30 puntos de diferencial no serían nada exagerados para un instrumento que en el día va a tener un recorrido de más de 600.
Delimitado ya nuestro horizonte y nuestros objetivos, pido recomendaciones sobre las herramientas más útiles o más prescindibles para operar criptodivisas y me vuelve a sorprender el grado de coincidencia que encuentro en las respuestas en algo tan personal como es el sistema de trading.
Para mi sorpresa, tanto Gual como Bolinches me señalan lo poco útiles que son las figuras chartistas (y no será por la cantidad de ellas que dibujan, como da fe de ello nuestro detector de patrones de velas).
Por el contrario, ambos coinciden en destacar la especial utilidad de los niveles de Fibonacci, algo en lo que también incide Ávila, en su defensa de los puntos pivotes “para cualquier mercado”.
También serían de gran utilidad los indicadores de volumen y de tendencia/divergencia como la media móvil de 200 sesiones o parabólico SAR, según me van apuntando.
Dicho todo lo anterior, llego a la conclusión (probablemente equivocada) de que la pregunta de si se pueden operar las criptomonedas desde un punto de vista técnico no es tan obvia, dado que las respuestas han reducido a la mínima expresión el número de instrumentos que operar (menos de media docena de criptomonedas y siempre contra el dólar), la forma de hacerlo (intradía con cuidadito) y las herramientas utilizadas (nada de figuras chartistas).
Para los más aventureros, sin embargo, dejo aquí un análisis que recientemente publicaba mi compañero Jesse Cohen, en el que se atrevía a lanzar algunos nombres para todos aquellos a los que el bitcoin ya les empieza a resultar aburrido.