En Los mejores planes, el célebre novelista Sidney Sheldon habla de un protagonista tan cegado por la ambición que no es capaz de detectar a su némesis, que finalmente podría arruinar sus planes. Al ministro de petróleo saudí, Abdulaziz bin Salman, le vendría bien leer ese libro, ya que podría no estar viendo a la némesis que tiene delante ahora: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Después de varias pequeñas reuniones con individuos influyentes y de confianza en la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Abdulaziz parece dispuesto a convencer a otros miembros y aliados de la OPEP en la cumbre de dos días que comienza el jueves de que el cártel debería aumentar las actuales reducciones de la producción.
En diciembre de 2018, la OPEP+, que incluye a Rusia, aliado clave, llegó al acuerdo de reducir 1,2 millones de barriles al día de su producción para impulsar los precios del petróleo, que registraron mínimos de 18 meses en menos de 50 dólares por barril de Brent, el petróleo de referencia mundial. En julio, con el barril de Brent a una media de 65 dólares, la OPEP+ acordó prorrogar ese acuerdo hasta marzo de 2020.
El fin de semana pasado, el Brent estaba en más de 62 dólares por barril, muy por debajo de los máximos registrados en abril en 75 dólares, aunque aun así ha subido un 12% en términos anuales. Hasta el viernes pasado, lo que sabían los traders del petróleo era que la OPEP+ se reuniría el 6 de diciembre, un día después de la reunión sólo para miembros de la OPEP en la que se discutirá otra prórroga de tres meses para mantener respaldados los precios.
Terremoto en el mercado a causa de los nuevos recortes de la OPEP
Eso fue antes de que el terremoto llegara al mercado el lunes con la noticia de que los dirigentes de la OPEP, encabezados por Arabia Saudí, estaban planteándose un recorte de 1,6 millones de barriles al día, 400.000 barriles más que en el anterior.
Hasta la semana pasada, Abdulaziz estaba teniendo problemas para que los miembros de la OPEP respetaran siquiera el pacto de 2018, con "infractores en serie" como Irak y Nigeria que habitualmente incumplen sus cuotas de producción.
Ése no fue su único quebradero de cabeza. El ministro ruso del petróleo, Alexander Novak, sugirió incluso que la OPEP+ esperara hasta abril, un mes después de la expiración de su actual acuerdo, para deliberar una prórroga. Novak parecía claramente en contra de hacer nada más que prorrogar el acuerdo otros tres meses. Pero ahora Abdulaziz presiona para aumentar las reducciones en un tercio y su plan parece estar respaldado por un buen número de miembros de la OPEP, incluso por el infame Irak, que no para de saltarse las cuotas.
En el momento de redactar estas líneas, no se sabe si Rusia apoyará el último juego de recortes de Arabia Saudí. Como esbozábamos ayer, la ayuda de Moscú ha sido parte integrante de las iniciativas de la OPEP para elevar los precios del petróleo desde 2016.
Pero independientemente de lo que Rusia decida, una cosa parece cierta: es poco probable que Trump quede satisfecho con ninguna reducción adicional de la OPEP, de la misma manera que no ha estado contento con ninguna de las reducciones de la OPEP en el pasado.
Y un Trump descontento con la OPEP podría causar problemas al cártel, como ya ha pasado antes.
Los saudís quieren darle una "sorpresa positiva" a Aramco
Aunque puede que Abdulaziz haya sorprendido al mercado con su última jugada, no hay ningún misterio sobre por qué lo estaba haciendo: según Reuters, "dar una sorpresa positiva" a Aramco, la petrolera estatal saudí cuyo precio de salida a bolsa se anunciará el jueves, el mismo día de la reunión de la OPEP.
Si bien el objetivo saudí era comprensible, tampoco se debe perder de vista lo que es importante para Trump.
A pesar de la cercanía del presidente estadounidense con la familia real saudí, se opone a la manipulación del mercado de la OPEP porque una subida de los precios del petróleo podría conducir a una subida de los precios de la gasolina de Estados Unidos, lo que podría perjudicar a la economía estadounidense y posiblemente a sus posibilidades de reelección en 2020.
Pero, ¿por qué debería preocuparle Aramco a Trump?
John Kilduff, socio fundador del fondo de cobertura energética de Nueva York Again Capital y comentarista experto sobre las implicaciones políticas del petróleo, lo explica:
"Los saudís quieren una gran salida a bolsa para Aramco. Lo entendemos. Pero, ¿alguien se cree de verdad que a Trump le preocupen más ellos que su reelección en 2020?"
Como argumentaba el analista petrolero de Reuters, John Kemp, en una entrada de su blog en mayo, "el presidente calcula, correctamente, que el votante marginal de su coalición electoral en 2016 y probablemente de nuevo en 2020 es más un conductor del Medio Oeste que un perforador de Texas".
Kemp añade que Trump "corre el riesgo de perder más votantes por una subida de los precios (de la gasolina) que por una caída".
Eso explica por qué Trump empleó tanta energía en luchar contra la OPEP en el período anterior a las elecciones de mitad de período de Estados Unidos de noviembre de 2018.
Trump podría volver a plantearse las exenciones a Irán...
El año pasado, Trump utilizó su ofensiva seductora con la realeza saudí, primero para conseguir que aumentaran la producción antes de las elecciones de mitad de período, para aprovechar la sensación de alivio inmediata tras un descenso de los precios del petróleo. Luego concedió unas exenciones a las sanciones para los importadores de petróleo iraní, inundando el mercado. Este movimiento por sí solo ha hecho descender los precios del petróleo un 40% en sólo dos meses.
Es poco probable que Trump pueda hacer semejante truco de nuevo con la cooperación de los saudís. Pero si las reservas mundiales de petróleo se ven realmente reducidas con las nuevas reducciones de la OPEP, el presidente podría volver a señalar que se dispone a replantearse las exenciones a las sanciones o incluso un acuerdo diplomático con Irán a pesar de las hostilidades de este año entre ambas partes.
O como lo expresa Kilduff:
"Todo es posible con Trump. Si puedes imaginarlo, él puede hacerlo.
... O podría empezar a tuitear de nuevo sobre el petróleo
Otra cosa que Trump podría hacer —y que hace extremadamente bien— es tuitear negativamente sobre los elevados precios del petróleo y el daño que están haciendo a la economía estadounidense y a escala mundial.
Su típico tuit sonaría así: "Los precios de la gasolina están muy altos y ellos hacen poco por ayudar. Debería ser una calle de dos sentidos. ¡BAJAD YA LOS PRECIOS!"
Hay pocas dudas sobre a quién se refiere Trump cada vez que usa "ellos" en una frase sobre los altos precios de la energía: la OPEP.
Si bien el impacto a largo plazo de estos tuits en los precios del petróleo es difícil de cuantificar, en algunas ocasiones, el petróleo Brent y el de Estados Unidos han caído un 2% o más un día después de un tuit de Trump particularmente dañino.
La guerra comercial ayuda a Trump a mantener el petróleo en niveles bajos
Y el presidente de Estados Unidos podría estar jugando ahora mismo un papel en la supresión de los precios del petróleo frenados por la aparentemente interminable guerra comercial entre Estados Unidos y China, que sigue lastrando fuertemente la economía global y la confianza del mercado energético. Un tuit negativo de Trump sobre China, en la mayoría de los casos, es un tuit negativo para el petróleo.
No se sabe cuándo centrará Trump toda su atención en la lucha contra la OPEP, aunque una apuesta segura podría ser cuando los precios del petróleo de Estados Unidos estén más cerca de los 3 dólares por galón. El promedio nacional de gasolina lleva ya meses en —o por debajo de— 2,60 dólares, según la Asociación Americana del Automóvil, lo que explica por qué el mercado petrolero también se ha mantenido fuera del radar del presidente durante un tiempo.
No nos olvidemos del petróleo de esquisto y otras producciones de los países no miembros de la OPEP
Y puede que Trump ni siquiera tenga que librar toda la batalla contra el petróleo él mismo, particularmente si el repunte del crudo es lo suficientemente fuerte como para provocar otro enorme repunte de la producción de Estados Unidos que finalmente lastre el mercado.
Puede que la producción de petróleo de esquisto, el bastión de la producción de crudo de Estados Unidos, se haya ralentizado este año, pero ha seguido contribuyendo a que el país bata un récord mundial en 12,9 millones de barriles al día.
Como un texto de Bloomberg sugería el lunes, la OPEP está haciendo una apuesta audaz: que 2020 marcará el final de la edad de oro del petróleo de esquisto mientras los perforadores estadounidenses continúan haciendo recortes. Sin embargo, la historia también argumenta que la producción de los países no miembros de la OPEP sigue floreciendo en Brasil y Noruega, lo que plantea nuevos quebraderos de cabeza para la OPEP.
En resumen, Abdulaziz y la OPEP tienen muchos adversarios, y Trump es una némesis que no deberían ignorar.