"Érase una vez" se llama el famoso cuadro de Paul Gauguin. Fue un agente de bolsa de éxito en el parqué parisino que acabó pintando cuadros alejado del sistema. Auto desterrado y sin trono que atender dejó los mercados financieros de la época por la vida contemplativa en Tahití.
Allí nació su exitosa obra, quizá fruto de las secuelas bursátiles que tuvo que vivir en los mercados del S.XIX. Y es que, cuando apuestas todo al negro, el riesgo de convertirte en pintor en una isla donde nadie compre tus cuadros es elevado.
En los caminos y veredas bursátiles encontrarás amigos de otros países, razas y culturas, es decir, otra forma de hacer y ver las cosas en este mundo de los mercaderes, como así le ocurrió a Paul con Vincent van Gogh.
Pintar no pintaban, beber bastante hasta acabar rasgándose las orejas. Eso mismo sucede en los afluentes bares de la City londinense a partir de las 17 horas. Mucho asalariado con extraordinarios bonos anuales, acaban cayendo al Támesis ebrios y noqueados por algún trader de la competencia.
Muchos de estos, acaban arruinados y viviendo en la costa alejados del parqué. Gauguin perdió mucho por un crack bursátil en París en 1882, y tantos muchos han venido después con tanto crack jugando a las finanzas.Y como viene siendo, Mata Muas hay tantos como cracks bursátiles han existido.
Predecibles o no, la arquitectura financiera para que se produzcan una y otra vez está programada y diseñada con maldad. Falta recurrir a las más recientes. La tecnológica de las puntocom en el año 2000 como las subprime en el 2008. Funciona tal que así; la reserva federal lo permite y mira para otro lado, indirectamente las aviva, ya saben, se bajan impuestos, se bajan tipos de interés y se inyecta capital en el mercado para que parezca que no todo va bien.
Todo bien argumentado transmitido en prime time en los holding de medios de comunicación de medio mundo para que todos vayan a una. Cuando todo se infla acaba por estallar cuando menos te lo esperas, y cuando sucede, se vuelve a empezar avivando una nueva burbuja volviendo a usar el protocolo diseñado. Es decir, cuando estallaron las punto.com empezaron las hipotecas subprime.
Y como en todas las escuelas de negocios del mundo que se precie, la premisa mayor es la maximización de beneficios, es decir, se crean nuevos productos financieros hasta inflarlos y hacerlos explotar sin valorar los riesgos globales de tales artificios. Toda una ingeniería social y financiera "gourmet".
Los defectos de estas repetidas y constantes burbujas creadas intencionadamente, son los síntomas claros de los fallos del sistema financiero mundial. Prueba evidente es el incumplimiento de dos normas base del sistema financiero:
1- Facilitar de forma eficiente las transacciones de los depositantes a los inversores.
2- Evaluar y gestionar el riesgo en la concesión de créditos.
El señuelo del beneficio fácil ha trastornado la maquinaria por y para el beneficio de unos pocos. Los alquimistas de hoy a diferencia de los de la edad media, se encargan de transformar basura en calificación AAA, para así generar una expectativa, confianza y solvencia ficticia para implicar a terceros en la compra de estos productos que se convierten en burbujas financieras.
Obviamente, hoy estamos ante una nueva y gran burbuja, las criptomonedas. Hay tantas criptodivisas hoy como CDO´s (Collateralized Debt Obligation) en la crisis subprime cotizando por el mundo virtual de las pantallas, o nuevas compañías .com saliendo a cotizar por vez primera a finales de los 90. El mensaje siempre fue el mismo: Nunca va a bajar, es una buena inversión a futuro.
Una estafa programada en toda regla. Ahora todos a comprar criptomonedas, particulares como empresas, para que cuando venga el desastre. Los particulares se arruinen y las empresas sean rescatadas con los impuestos de los que perdieron para poder volver a empezar con otro nuevo y fascinante producto.
El señuelo del dinero rápido nunca falla. Es evidente que lo de socializar las pérdidas y privatizar los beneficios es un coste de oportunidad fantástico para los pistoleros que disparan con pólvora ajena.