Estados Unidos anunció el viernes que había acordado una "pausa" arancelaria con China.
En este punto, tenemos que pulsar el botón de rebobinado para volver a diciembre de 2018 y ver lo que sucedió después de que los presidentes Donald Trump y Xi Jinping acordaran una tregua comercial de 90 días para facilitar las conversaciones. Ha habido otros altos el fuego antes entre ambas partes, pero el plazo de diciembre es particularmente significativo para su duración.
China se comprometió en aquel momento a comprar una cantidad "muy sustancial" de exportaciones estadounidenses. De hecho, en febrero, las empresas estatales chinas habían comprado al menos 1 millón de toneladas de soja de Estados Unidos. Algunos informes de prensa indicaron incluso que la compra total podría haber ascendido hasta 2,2 millones de toneladas.
Y hasta abril, las dos partes seguían hablando. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steve Mnuchin, incluso describió las discusiones como "productivas".
Luego, en mayo, las conversaciones se interrumpieron repentinamente.
Trump anunció que la Casa Blanca elevaría los aranceles sobre 200.000 millones de dólares en productos chinos del 10% al 25%. La subida entrará en vigor el 10 de mayo, dijo el presidente, añadiendo que fue provocada por los intentos de China de "renegociar" un acuerdo preliminar.
La Casa Blanca también prohibió a las empresas estadounidenses hacer negocios con el gigante tecnológico chino Huawei sin la aprobación del Gobierno. Como medida adicional, el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, acusó a Pekín de dar marcha atrás en los compromisos contraídos con cuestiones de comercio digital, incluido el acceso de Estados Unidos a los servicios de computación en la nube de China.
China, por su parte, anunció que subiría los aranceles impuestos sobre 60.000 millones de dólares en productos estadounidenses a partir de junio.
Durante los meses siguientes, ambas partes mostraron poca voluntad de cambiar sus respectivas posturas.
Por otra parte, de repente, la Casa Blanca anunció que las conversaciones se reanudarían en octubre, y el viernes, Trump dijo triunfalmente que se había logrado un acuerdo parcial.
Este lunes, la guerra comercial ha alcanzado su día 463.
Estados Unidos ha impuesto aranceles sobre 550.000 millones de dólares en productos chinos. China ha tomado represalias imponiendo aranceles sobre 185.000 millones de dólares en productos estadounidenses.
Basándonos en todo lo que ha sucedido entre ambas partes hasta ahora, no hay certeza de que lleguen a un acuerdo.
Trump dijo que se tardará de tres a cinco semanas en tener un acuerdo parcial por escrito y que éste abarcará la propiedad intelectual, los servicios financieros y 40.000-50.000 millones de dólares en productos agrícolas. No ha dicho a qué renunciará Estados Unidos a cambio, limitándose a decir que es la primera fase de un acuerdo multifásico de hasta tres fases.
¿Es hora de pulsar el botón de reanudar el riesgo?
Los precios del petróleo subieron el viernes, experimentando su mayor subida semanal desde la semana después del ataque de mediados de septiembre a las instalaciones petroleras de Arabia Saudí, impulsados por el acuerdo comercial parcial anunciado por Trump.
El petróleo crudo del West Texas Intermediate de Estados Unidos y el petróleo Brent del Reino Unido se apuntan un alza del 3,6% en términos semanales, registrando una subida del 2% sólo el viernes.
A pesar del repunte, algunos traders han dicho que están listos para vender petróleo esta semana si el acuerdo comercial no se materializa y la calma regresa al Golfo Pérsico. Otro factor para el repunte del viernes habían sido las acusaciones de Irán de un ataque con misiles contra uno de sus petroleros en el Golfo, un evento que rápidamente perdió credibilidad cuando surgieron detalles contradictorios sobre la naturaleza del ataque.
"Hemos ido siguiendo las negociaciones entre Estados Unidos y China hasta ahora, y hasta que esté impreso y respaldado por los chinos, no está hecho", dijo John Kilduff, socio del fondo de cobertura energético de Nueva York Again Capital. "Las tensiones en el Golfo también se han disipado casi tan rápido como surgieron, así que ése es otro factor a considerar".
Al comienzo de la jornada de negociación de este lunes en Asia, tanto el WTI como el Brent bajaron alrededor de un 0,5%, lo que indica preocupaciones más generales más allá del optimismo del acuerdo comercial que determinó el ritmo del comercio el viernes.
El oro, el activo de refugio seguro al que los inversores han recurrido a menudo en los momentos álgidos de la guerra comercial, se estabiliza este lunes, situándose en sólo 1.490 dólares. Había registrado mínimos de 10 semanas en 1,478 dólares durante la jornada anterior a medida que el interés por el riesgo aumentaba en todos los mercados ante las expectativas de un inminente acuerdo entre Estados Unidos y China.
OCBC Bank, en una nota sobre el oro, afirmaba que aunque que los titulares sobre el posible acuerdo comercial eran "alentadores" para el riesgo, "ya se observó el mismo movimiento anteriormente en abril".