Cada vez escribo menos, porque el trabajo no me deja tiempo, pero esta reflexión es importante para los que andan atascados con el trading y su operativa.
Veo que muchos inversores se empeñan en contradecir al mercado, en creerse más listos que él y tomar imprudencias constantes. Cuando un pescador sale al mar, es conocedor del peligro que éste tiene y actúa en consecuencia, sin embargo, muchos traders que dicen ser profesionales, siguen sin asumir ni aceptar los peligros y riesgos del mercado y van a él con una ligereza digna de mención.
Esta mañana me escribió un seguidor, tenía dos operaciones (promedio) cuyo flotante estaba perdiendo el 70% del capital de su cuenta. Imagino que, por desgracia, a muchos o sonará familiar, yo tampoco me libro de esos recuerdos. Creo que es normal que TODOS comentamos errores, pero lo curioso es que este inversor lleva más de 5 años dedicados al trading. Voy a mantener, como es lógico, su anonimato, y si me lee, sólo decirle que su ejemplo puede ayudar a futuros traders a ahorrarse situaciones similares, por eso lo comparto.
La gran mayoría de los que estamos en este mundo hemos reventado cuentas, un compañero mío lo llama el negocio de la descapitalización. Sin embargo, el tiempo y los errores deben enseñarnos, y lo digo con tono instructivo. No puede ser que después de 5 años nos veamos envueltos en este charco, porque es MUY SENCILLO de evitar.
No llevemos la contraria al mercado, no promediemos en su contra, no tratemos de girarlo, no luchemos contra él. Debemos hacer justo lo contrario. ¿Quién soy yo o cualquiera de los lectores para contradecir al mercado? ¿Por qué nos cuenta tanto interiorizar esto?
Parece claro que una vez más entra la famosa psicología, nosotros tenemos y el mercado no, por eso nos derrota. La gran ventaja es que la mente se puede entrenar, cuesta mucho trabajo, pero se puede. Por lo tanto, os invito a ello. Aceptar que nosotros nos equivocamos y el mercado no, por lo tanto cortemos siempre los errores (stops) y os prometo que dejaréis de pisar muchos charcos.