- Los mercados ignoran las señales de los bancos centrales
- ¿Podría ser esto un gran cambio de paradigma?
- El dinero debería ser desviado a los consumidores para fomentar el gasto
- Los recortes de impuestos podrían ser también parte de la solución
Las últimas semanas han sido una revelación para los mercados de valores y de divisas, ya que hemos visto que el mercado está haciendo caso omiso de las fuertes y claras señales que están lanzando los principales bancos centrales.
El Banco Central Europeo (BCE) lo dejó muy claro hace más de un mes, asegurando que el mercado no debería dudar de su voluntad y capacidad para poner sobre la mesa una mayor flexibilidad monetaria si las condiciones lo requieren.
Sin embargo, este mensaje no ha calado en el mercado y no hemos visto más que un mero rebote en la confianza que desde entonces se ha desvanecido. Por tanto, ahora la renta variable europea está negociando de nuevo en los mínimos del año.
El tipo de cambio del euro, por su parte, se mantiene atrapado en el reciente rango a pesar de este probable calentamiento para QE2 del Banco Central Europeo (BCE).
Esta falta de reacción bajista en la tasa de cambio del euro-dólar (EUR/USD) se basa, en parte, desde la retórica del BCE que fue otro cambio dovish en la reunión del FOMC del 17 de septiembre. Allí, Yellen, presidenta de la Fed, dio el drástico paso de introducir consideraciones globales en su última declaración monetaria en una clara inclinación dovish.
Un artículo de Reuters publicado la semana pasada sugirió que el Banco de Japón (BoJ) estaba considerando una "revisión" de su combinación de políticas, ya que no ha habido suficiente tracción en el aumento de la inflación. ¿Y cuál es la reacción del yen japonés a esto? Parece que encogerse de hombros...
Algo está cambiando claramente, y puede ser liderado por un cambio de paradigma, en el que el mercado deja de reaccionar en gran medida a los "catalizadores" que proporcionaron cada oscilación en los mercados de activos y divisas en los años transcurridos desde la crisis financiera global.
Y si el mercado muestra señales de una inclinación hacia el crecimiento cero o de condiciones de recesión de nuevo, está claro que el comportamiento habitual de los bancos centrales no ayudará a la confianza del mercado, ni a la economía. ¿Entonces qué?
Si los bancos centrales quieren atraer la demanda real a la economía y una inflación sostenida, tendrán que imprimir grandes cantidades de dinero, pero esta vez será necesario que el dinero que impriman sea colocado directamente en manos de los consumidores, en lugar de gastarlo en activos financieros.
Esta medida podría hacerse mediante la entrega de dinero en efectivo al modo "dinero helicóptero", es decir, que el banco central mande dinero a todos en la economía, o a través de recortes de impuestos masivos, en la que el agujero fiscal esté enchufado al banco central. De cualquier forma, una política mixta parece ser actualmente una política tabú, ya que se ve como algo que supera o va más allá del mandato del banco central.
Creo que tal poder requeriría realmente la confabulación entre la autoridad fiscal que reside con el gobierno y los bancos centrales supuestamente independientes.
En pocas palabras, la innovación política del banco central se ha terminado dentro del paradigma actual. Desde aquí, los políticos del mundo están a punto de encontrarse en el banquillo de la política de nuevo por primera vez en más de cinco años, cinco años de unas vacaciones en terrenos comprados y pagados por los bancos centrales mediante la política de "alargar y disimular".
La transición a este reconocimiento probablemente significará una enorme volatilidad del mercado.