Por Thibault Clemente
En sólo unos días, es concebible que el futuro político y económico de la Unión Europea pueda reconfigurarse a causa de las votaciones en el referéndum del Reino Unido del 23 de junio sobre si la nación debe mantener la pertenencia o salir de la UE. Popularmente conocido como “Brexit” (salida del Reino Unido de la Unión Europea), el resultado de la votación podría tener consecuencias de largo alcance no sólo para los británicos y las economías de la eurozona, sino también para los mercados mundiales de divisas y para los de valores en particular.
A lo largo de tres artículos, publicados durante la próxima semana, echaremos un vistazo más a fondo a lo que significa el voto para todos los involucrados. El artículo de hoy examinará las razones para el referéndum; la Parte II, que publicaremos en el trascurso de esta semana, tratará las consecuencias que la decisión de abandonar o permanecer en la Unión Europea podría tener en las divisas principales; y la Parte III, que publicaremos la próxima semana, detalla el efecto que la votación probablemente tendrá en el mercado global y en el mercado británico en concreto.
¿Qué es exactamente la Unión Europea?
La Unión Europea es una unión económica y política de 28 Estados libres, localizada mayormente en la Europa continental. Cada Estado miembro reconoce, al adherirse a la UE, que firman los tratados internacionales de la Unión por voluntad propia, sin ser obligados a hacerlo por un tercer partido o superpotencia. La fuerza de la Unión ‒e irónicamente su fragilidad‒ proviene de ese hecho.
Según el artículo 50 del Tratado de la UE, "ningún Estado miembro puede decidir retirarse de la Unión de acuerdo con sus propios requisitos constitucionales". Hasta la fecha, ninguno de los Estados miembros de la UE ha decidido nunca abandonar la Unión, mientras que la lista de espera para ingresar en ella es larga. La decisión del pueblo británico de convertirse en el primer país en salir de la UE no sólo podría tener consecuencias para el futuro del Reino Unido, sino que desluciría seriamente el prestigio de la UE y su poder político.
Antes de fundar la Unión Europea el 1 de noviembre de 1993, el Reino Unido era parte de la mucho más pequeña Comunidad Económica Europea a la que se unió en 1975. La CEE ‒a menudo conocida como el Mercado Común‒ tenía nueve Estados miembros y era principalmente un arreglo comercial.
Al igual que la CEE, la Unión Europea representa un mercado único para sus Estados miembros, pero a diferencia del acuerdo anterior se ha convertido en una entidad mucho mayor ‒y más política‒ que tiene su sede en Bruselas, Bélgica y que, junto con los temas relacionados con el comercio, legisla también sobre inmigración y cuestiones relativas a los visados.
Para muchos en el Reino Unido, ahí está el origen de la problemática actual.
¿Por qué parte del Reino Unido quiere marcharse? ¿Por qué otros quieren quedarse?
Las razones varían. Políticamente, a algunos ciudadanos les preocupa el creciente poder de la UE sobre sus países miembros. La UE tiene el poder de legislación exclusiva sobre ciertas áreas como procedimientos comerciales comunes, las políticas de transporte e incluso reglas de competencia. Esto básicamente significa que los Estados miembros ya no tienen derecho a presentar su propia legislación en dichas áreas, lo que muchos ven como un debilitamiento de la soberanía individual.
Económicamente, algunos creen que la libre circulación de personas y mercancías ‒principal núcleo de la UE‒ está perjudicando la economía del Reino Unido, ya que su gobierno es incapaz de controlar la afluencia de trabajadores emigrantes al país, y las empresas tienen libertad para desplazarse a otros países de la UE a su voluntad. El argumento de control de las fronteras, que tiene ya varios años, ha ganado fuelle recientemente y ahora también se está utilizando en un contexto de seguridad, ya que algunos creen que desvincularse de la política de la Unión Europea en cuanto a la crisis de refugiados sirios beneficiaría la seguridad del Reino Unido.
Además, el Reino Unido aporta miles de millones al presupuesto de la UE y obtiene bastante menos a cambio. Cuánto menos es el objeto de un encarnizado debate. Según fullfact.org, el Reino Unido paga 13.000 millones de libras anuales en cuotas, mientras que recibe a cambio aproximadamente 4.500 millones de libras del consumo de la UE en el Reino Unido, dejando la balanza en -8.500 millones de libras para la nación.
Por supuesto, aquellos que desean permanecer en la Unión Europea tienen su propio conjunto de argumentos.
Políticamente, quieren permanecer en la UE porque creen que, unidos, cada país miembro es más fuerte de lo que sería por sí solo. La UE se ha visto siempre como una superpotencia global, condición que actualmente sería inalcanzable para cualquiera de sus países miembros por separado.
De hecho, mientras que el Reino Unido, Alemania y Francia tienen una profunda influencia política en muchas partes del mundo, cada uno por separado podría no poder rivalizar con la influencia de la política exterior de Estados Unidos. Este argumento sirve también a los partidarios de permanecer en la Unión Europea cuando se tratan cuestiones de seguridad, ya que creen que la fuerza en números es crucial para lidiar con amenazas futuras.
Económicamente, los países miembros de la UE son capaces de exportar dentro de la UE sin coste adicional, impulsando las ventas de productos británicos al continente europeo. La UE también es capaz de negociar mejores acuerdos comerciales, pues el acceso a todo el mercado europeo es una propuesta atractiva para los socios comerciales externos.
Los partidarios de permanecer en la Unión sostienen que el Reino Unido no sería capaz de negociar mejores condiciones por sus propios medios. Por ejemplo, la ATCI, Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, que actualmente está en negociaciones entre Estados Unidos y la UE, podría convertirse en el mayor tratado de comercio jamás formado. Si el Reino Unido abandonase la UE, tendría que negociar por cuenta propia, para bien o para mal, dependiendo de su propia perspectiva.
Por último, mientras que los trabajadores inmigrantes son perjudiciales para la economía británica a ojos de los partidarios de abandonar la Unión, aquéllos que desean permanecer en ella afirman que los jóvenes inmigrantes impulsan el crecimiento y fortalecen la economía del país.
Todo lo discutido hasta ahora se refiere a la macroeconomía. ¿Pero hay alguna manera de preparar tu cartera individual para un posible Brexit? Sí y no.
Es imposible prever todas las distintas formas en que el 'Brexit' podría afectar a las inversiones personales. Sin embargo, hay maneras de protegerse, así como adelantarse a la posible salida del Reino Unido. En la parte II de esta serie, echaremos un vistazo a cómo podría verse afectada la libra esterlina, así como el dólar estadounidense y algunas de las demás divisas principales de FX.