Es probable que la Reserva Federal lance otra ronda de estímulo monetario “bastante pronto”, a menos que la economía mejore considerablemente, mostraron el miércoles las minutas de la reunión de agosto del banco central estadounidense.
Aunque la reunión se realizó antes de una reciente mejoría de los datos económicos, incluyendo una lectura más sólida de empleo en el país en julio, las autoridades fueron muy categóricas sobre su descontento con el actual panorama.
“Muchos miembros juzgaron que una expansión monetaria adicional probablemente sea requerida bastante pronto a menos que la información entrante apunte a un sustancial y sostenible fortalecimiento en el ritmo de la recuperación económica”, dijeron las minutas de la reunión de la Fed del 31 de julio y el 1 de agosto.
Los precios de las acciones en Wall Street recortaron brevemente sus pérdidas tras el informe, mientras que los bonos del Tesoro extendieron su repunte en valor.
“Ciertamente estas minutas sugieren una política monetaria más expansiva y revivirán las esperanzas de un nuevo estímulo por parte de la Fed”, dijo David Sloan, economista de 4Cast. “Hemos visto cierta mejora de las cifras económicas recientemente, pero no está claro si esto es suficiente para calificarlo como una mejora significativa”, agregó.
Algunos funcionarios plantearon preocupaciones sobre la presencia de la Fed en los mercados de bonos y deuda respaldada por hipotecas, mientras que otros concordaron con análisis del personal del banco central que muestra que existe una “capacidad sustancial” de compra de nuevos activos.
La Fed mantuvo estable la política monetaria en aquella reunión, pero señaló una renovada disponibilidad para actuar en medio de una persistente suavidad en la economía. Las minutas mostraron que el banco central está considerando activamente un programa de compra de bonos “flexible”, lo que podría sugerir que no será anunciada una cantidad inicial.
Los funcionarios de la Fed vieron riesgos significativos para una ya débil economía estadounidense, que se expandió solo un 1,5 por ciento en el segundo trimestre, incluyendo un empeoramiento de las tensiones financieras europeas y la proximidad de recortes del presupuesto en el país y alzas de impuestos, que se conoce comúnmente como abismo fiscal.
POSICIONES DISPARES
Muchos funcionarios de la Fed apoyaron extender más en el futuro la guía para el probable momento de una eventual alza en la tasa de interés, actualmente establecida para finales del 2014.
Sin embargo, decidieron aplazar la decisión para reunión del 12 y 13 de septiembre, cuando el banco central divulgue una nueva ronda de proyecciones económicas.
Unos pocos funcionarios pensaron que podría ser una buena idea cambiar ese lenguaje con orientación directamente ligada a factores económicos, como ha sido propuesto por el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans.
Los funcionarios también debatieron y probaron activamente la posibilidad de desarrollar un consenso de los pronósticos de la Fed.
Un par de funcionarios apoyaron rebajar la tasa que la Fed paga a los bancos por mantener sus excesos de reservas en el banco central, actualmente en un 0,25 por ciento. No obstante, varios consejeros temían que los fondos del mercado de dinero podrían sufrir problemas si sus retornos son más recortados.
Los funcionarios señalaron que la reciente decisión del Banco Central Europeo de bajar la tasa de depósitos a cero ofreció una posibilidad de analizar posibles efectos. De manera similar, un par de consejeros deslizaron la posibilidad de desarrollar un programa de incentivos de préstamos al estilo del esquema recientemente lanzado por el Banco de Inglaterra.
El crecimiento del empleo en Estados Unidos se desaceleró con fuerza en el segundo trimestre, pero repuntó en julio, cuando la economía creó 163.000 empleos. Sin embargo, la tasa de desempleo subió a un 8,3 por ciento desde un 8,2 por ciento.