Estados Unidos puede perder su calificación de deuda Aaa si las negociaciones del presupuesto del próximo año no producen una tendencia a la baja del ratio de la deuda sobre el producto interno bruto (PIB) del país, dijo el martes la calificadora Moody’s Investors Service.
“Si esas negociaciones conducen a políticas específicas que produzcan una estabilización y luego una tendencia a la baja en el ratio de la deuda federal sobre el PIB a mediano plazo, la calificación probablemente se ratificará y el panorama retornará a estable”, dijo Moody’s en un comunicado enviado por correo electrónico.
“Si esas negociaciones no logran producir tales políticas, sin embargo, Moody’s prevería reducir la calificación, probablemente a Aa1″, añadió.
Una de las agencias rivales de Moody’s, S&P, despojó a Estados Unidos de su calificación “AAA” el año pasado, luego de que el Congreso no lograra acordar un plan de largo plazo para reducir el déficit fiscal y de que las rencillas políticas dejaran al país al borde de la cesación de pagos.
El dólar cayó tras el anuncio de Moody’s y el euro se disparó a un máximo en cuatro meses.
Moody’s califica a Estados Unidos con “Aaa”, pero tiene el panorama de la nota en negativo. Esta situación probablemente permanezca sin cambios al menos hasta que el Congreso termine con sus negociaciones sobre el presupuesto el próximo año, dijo la agencia.
Moody’s sostuvo, sin embargo, que este escenario no persistiría más allá del 2014, salvo que el Congreso adopte un método para reducir el déficit que incluya un amplio shock fiscal.
“Luego, Moody’s necesitaría pruebas de que la economía podría repuntar del shock antes de que considere volver a dar un panorama estable”, explicó la agencia.
El shock fiscal se produciría si el Congreso permite que venza una serie de recortes impositivos temporales a fines de este año y que se generen recortes automáticos al gasto.
La Oficina de Presupuesto del Congreso dijo que tal escenario podría reducir el Producto Interno Bruto en un 2,9 por ciento en el primer semestre del próximo año.
En tal escenario, el director de la Oficina de Presupuesto dijo que los estadounidenses deberían esperar una “recesión significativa” y la pérdida de unos dos millones de empleos.