Pocas variantes ofrecen los pares principales de divisas, con el dólar manteniendo un tono alcista de mediano plazo, aunque dispar en los gráficos de corto plazo.
El euro intenta alejarse de sus mínimos de casi 14 años que tocó esta misma semana en 1,0351, aunque no ha podido por ahora superar una zona de firme resistencia en 1,0470/75. Si lo logra, tendrá camino libre a 1,0505 y 1,0525, próximos objetivos alcistas. Pero a la vez podría desvanecer su fortaleza al quiebre de 1,0430, en cuyo caso 1,04 y 1,0370 serán los soportes a seguir.
En tanto, la libra esterlina no pudo superar en los últimos días la zona de 1,25, y pese a que los informes conocidos en Reino Unido no fueron del todo negativos, la divisa británica vuelve a perder posiciones en estas horas. El quiebre de 1,2315, primer soporte, podría hacer trastabillar a la libra con mayor fuerza, con próximos soportes en 1,2280 y 1,2250.
Por su parte, el yen frenó su baja en la víspera en la zona de 117,85, luego de tocar una línea de tendencia bajista medida en el gráfico de 4 horas. Sin embargo, su recuperación no fue por ahora importante, y desde el actual 117,63 los soportes a seguir serán 117,30 y 116,90. La superación de 118,85 podría generar una fuerte baja del yen, con objetivos de corto plazo en 119,10 y 119,40.
Todo esto sucede mientras los mercados esperan datos que, sin ser decisivos, podrían darle ritmo al dólar. Dichos informes serán las peticiones semanales de desempleo, las órdenes de bienes duraderos, y la medición final del PIB del tercer trimestre, todos a los 8:30 del este. Los pronósticos hablan de cifras positivas en todos los casos, lo que podría, en una primera instancia, favorecer al dólar la publicación de estos informes.