Desde los años 80, el índice dólar ha experimentado oscilaciones significativas en correlación con los resultados de las elecciones presidenciales en EE. UU. Como se puede observar en la gráfica, las victorias demócratas tienden a estar acompañadas de un aumento sostenido en el índice dólar, mientras que las victorias republicanas suelen asociarse con caídas. Por ejemplo, tras la elección de Bill Clinton en 1992, el dólar comenzó una notable racha alcista, impulsado por políticas económicas que favorecieron el crecimiento y la inversión. De manera similar, la victoria de Barack Obama en 2008 coincidió con un repunte del índice, a pesar de la crisis financiera que se desató ese mismo año. Este fenómeno sugiere que los mercados tienden a reaccionar positivamente ante la percepción de estabilidad y un enfoque proactivo en políticas económicas.
Por otro lado, cuando los republicanos asumen el cargo, como se observó tras la elección de George W. Bush y Donald Trump, el índice dólar ha mostrado tendencias bajistas. La presidencia de Bush estuvo marcada por importantes desafíos económicos, incluyendo el estallido de la burbuja tecnológica y los costos asociados a las guerras en Irak y Afganistán, que generaron inquietudes sobre el déficit fiscal y la estabilidad económica. Esta situación impactó negativamente el valor del dólar. De manera similar, aunque Trump prometió políticas económicas que favorecerían el crecimiento, su mandato estuvo caracterizado por una volatilidad constante en los mercados y un enfoque proteccionista que generó incertidumbre.
Un detalle sumamente importante en el comportamiento del índice dólar es la tendencia que se observa en los meses previos a la toma de mando de un nuevo presidente. En los casos de victorias republicanas, como las de Donald Trump, el precio del dólar tiende a elevarse considerablemente en los meses previos a su asunción. Esto puede estar relacionado con la anticipación de políticas económicas más restrictivas y un enfoque en el proteccionismo, lo que genera incertidumbre en los mercados. Por el contrario, cuando un demócrata, como Joe Biden, gana las elecciones, el dólar suele posicionarse en niveles más bajos antes de su toma de posesión. Este fenómeno refleja una percepción de estabilidad y una expectativa de políticas que favorecen el crecimiento y la inversión.
Sin embargo, es interesante notar que, una vez que el nuevo presidente asume el cargo, el índice dólar tiende a girar con fuerza hacia la tendencia predominante asociada a su partido. Tras la toma de mando de Trump, por ejemplo, el dólar experimentó un descenso que se alineó con las expectativas del mercado, mientras que tras la llegada de Biden, el índice comenzó a recuperarse, reflejando la confianza en las políticas económicas demócratas. Esta dinámica subraya cómo las elecciones no solo influyen en el entorno político, sino que también marcan la pauta para el comportamiento del dólar y, en consecuencia, para la economía en su conjunto.
Un aspecto crucial a considerar en el contexto de las elecciones de noviembre de 2024 es que el dólar ha comenzado a repuntar en los últimos meses. Este aumento podría estar anticipando una posible victoria republicana, ya que los mercados tienden a reaccionar positivamente ante la expectativa de políticas económicas más conservadoras. Si esta tendencia se confirma y la victoria republicana se materializa, podríamos ver un ascenso del índice dólar a la zona 107.50 -109.00 antes de una importante caída.
Este escenario podría presentar una oportunidad valiosa para los inversores, especialmente en divisas que suelen beneficiarse de la debilidad del dólar, como el Euro, que tiende a apreciarse considerablemente en estos momentos. Este fenómeno pone de relieve la interconexión entre la política y la economía global, y cómo las elecciones pueden influir no solo en el futuro inmediato de EE. UU., sino también en los mercados internacionales. Invertir en divisas afectadas por estas fluctuaciones podría ser una estrategia inteligente para aquellos que buscan capitalizar los movimientos del mercado en función del resultado electoral. El euro puede llegar a la zona 1.0450 -1.02 para completar una correctiva mayor e iniciar un gran ciclo alcista hacia precios superiores a 1.20 a fines del 2025.
Es importante recordar que el análisis de ondas de Elliott es una herramienta compleja y su interpretación puede variar entre analistas. También es esencial complementar el análisis técnico con una comprensión de los factores fundamentales que pueden afectar el precio del Euro, como las políticas monetarias