La semana pasada el dólar bajó porque el Banco Central argentino cambió una normativa y forzó a los bancos comerciales a venderle dólares. La medida sostiene que los bancos no podrán tener una exposición global neta de moneda extranjera (sea divisas, bonos, obligaciones negociables, etc.) superior a 30% de su patrimonio. A la vez que fija también un límite del 10% para posiciones netas abiertas de futuros de dólares.
Con estas ventas forzadas, el dólar bajó prácticamente un peso. Sin embargo, tiene que quedar claro que nada de fondo ha cambiado: los gastos siguen subiendo y estos se financian imprimiendo billetes. ¿Se frenó la caída de reservas? Si. Pero esto es meramente transitorio.
¿Alguna otra medida nueva? Se habla de concertar acuerdos para que exportadores liquiden granos en febrero. ¿Lo lograrán? Si consiguen mantener el oficial en 8, quizá.
Pero algo todavía más dramático es la idea de que no se venderán más dólares para importaciones a partir del 17 de febrero. La brillante idea busca que las propias empresas consigan ellas financiamiento externo. Las implicancias son muy simples: si esto se efectiviza, no harán más que imponer un freno más a la actividad económica; un nuevo palo en la rueda.
Hace dos semanas escribí “El dólar ya no importa: se viene la recesión“. Hoy sólo estamos empezando a ver el despunte de la caída de la actividad. ¿Qué pasó con el empleo en enero?
El Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), informó que en enero la demanda laboral se contrajo 14,7% frente al mismo mes del año pasado. En tanto, en el último informe de la encuesta continua sobre gestión de recursos humanos que SEL Consultores elabora entre 150 empresas líderes, el 15% de esas firmas prevé reducir su dotación en 2014. A principios de 2013, sólo 9% de las compañías preveía llevar a cabo recortes de personal a lo largo del año.
Más intervención, más controles. La misma necedad de hace años, asegurando el camino directo a la profundización de la crisis.
No tengo ni una sola duda: hay que comprar dólares. Los bancos estuvieron vendiendo contra su voluntad y hay que aprovechar el momento.
Les dejo el gráfico actualizado de la relación entre el dólar blue y el “dólar teórico” o “dólar convertibilidad” que surge de dividir la Base Monetaria por las Reservas del BCRA.
Cada vez que el blue estuvo por debajo del dólar convertibilidad, luego volvió rápidamente a superarlo.
Tenemos un blue en la zona de 12 y un dólar convertibilidad por encima de 13. No hay nada que pensar: el blue se pondrá nuevamente por encima de 13.
Los dejo con un dato alarmante: si anualizamos la inflación proyectada de enero, estamos en la zona del 50% anual. En principio nada indica que febrero vaya a tener una inflación similar. Pero aún faltan las negociaciones por paritarias (salarios de todos los gremios) y esa será otra dura batalla para el gobierno.
La realidad es esta: con estos niveles de inflación, sólo hacen falta unos pocos errores económicos más por parte del gobierno para llevarnos a la hiperinflación. Todas las piezas para ese desastre, están desplegadas. Será el tema de mi próxima nota.