Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención...) si el único enemigo que teníamos a la hora de hacer trading era el propio mercado. Evidentemente, y por desgracia, le he dicho que no...
A menudo, en la vida y en el tráding, cometemos el error de acompañarnos de extraños y nocivos compañeros de viaje para que nos acompañen en nuestro devenir por los aconteceres diarios y por los mercados y a sabiendas que no nos aportan nada positivo, ni para nuestras vivencias, ni para nuestra operativa, nos empeñamos absurdamente en dejar que sigan nuestros pasos y nuestras operaciones, en cargar nuestra mochila con tales compaías que no nos aportan beneficio alguno y que, por contra, solamente nos ralentizan en nuestro camino, nos impiden avanzar y si no somos capaces de desprendernos y vaciarnos de ellos, nos llevarán inexorablemente hacia una total infelicidad vital o hacia la ruina en nuestra cuenta.
En nuestro día a día, pueden ser personas nocivas, tóxicas para nuestras ideas y nuestro devenir, ó comportamientos y hábitos erróneos que nos resistimos a erradicar, o sentimientos y creencias que tenemos arraigados y que nos impiden orientar nuestra vida hacia donde queremos.
En el tráding, podemos sentarnos a operar acompañados de muchos enemigos (mentales e incluso físicos) que nos van a bloquear y alterar nuestra toma de decisiones, que nos van a nublar la vista y la pantalla y nos van a impedir operar con la tranquilidad y rigor necesarios para navegar con rumbo firme con nuestra operativa y nuestro sistema hacia un buen puerto.
Podría enumerar muchos enemigos a los que hemos de vencer día a día, tanto por propia experiencia como por lo que comentan día a día alumnos y compañeros a los que estoy tratando de formar y enseñar a hacer trading (siempre les insisto en que hay que formarse, pero que éso es tan necesario para aprenderse a uno mismo, controlarse, dominarse, adquirir la actitud necesaria...), pero solamente enumeraré algunos de estos malos compañeros de viaje, que nunca, nunca deben sentarse con nosotros a operar:
El ego, la prepotencia y el afán de perfeccionismo son un trío letal que nos puede obligar a disparar el ratón una y otra vez a todo lo que se mueva en el mercado, pensando que sabemos más que nadie y que somos tan listos que vemos oportunidades donde el precio nos está diciendo que no existen, o que por el contrario, pueden aliarse mortalmente en nuestra contra, impidiéndonos cerrar una clara operación perdedora, haciéndonos modificar nuestros stops una y otra vez, "obligándonos" a ir contra tendencia en el mercado, nublándonos la vista y los pensamientos para engañarnos con la falsa ilusión de que, como somos los mejores, el precio más tarde o más temprano se dará la vuelta, nos dará la razón a nuestra inteligencia y recuperaremos todo lo perdido y más...¡¡Ilusos!!
Huyamos del ego (en la vida, pero sobre todo en el tráding), de lo que deseemos que pase, del orgullo que nos impide ver que hemos fracasado. Cerremos la operación perdedora, aceptemos nuestro fallo y volvamos a la carga siendo siempre objetivos, viendo la realidad del precio, dejando la subjetividad para los sábados y domingos...
El pasado y el futuro son otros dos claros y dañinos enemigos que pueden acompañar y condicionar el sentir y la operativa de todo tráder y de los que claramente hay que huir: no puede uno sentarse a operar agachado frente a la pantalla porque la mochila sentimental de su mente y de su espalda le recuerda que el día o los días anteriores fracasó, o que en su vida pasada cometió muchos errores, perdió mucho dinero cuando se saltó el sistema, se equivocó por haber idealizado en exceso a un determinado gurú bursátil, arriesgó demasiado poco o en exceso...
Al mercado no le importa tu pasado. Pudiste perderte muchas ocasiones, oportunidades, fracasar, acertar, dudar en los días, horas o minutos anteriores a la apertura del mercado, pero cuando suena la campana, tienes siempre ante tí un folio en blanco para escribir una sesión y una jornada completamente diferente a las anteriores, para más que enmendar lo anterior, comprometerse esta vez a hacerlo bien y profesionalmente.
Es demasiado difícil operar condicionado por todo lo que hiciste anteriormente en tu vida de tráder, o acompañado de lo que te va a deparar el futuro, y de todo lo piensas que puedes perder y de todo lo que intuyes que necesitas ganar...
Sentarse a operar limpio de mente, vacío casi de pensamientos y sentimientos, con ganas, voluntad y sin condicionamientos. Que seamos nosotros los que decidimos y operamos, no nuestros enemigos. Obligarse a sentarse a operar solo frente a las pantallas, alejando a algunos de los enemigos que a todo tráder le acechan... Si aparecen, si nos sentimos que nos pesa el ratón, se nos nubla la pantalla o la respiración se acelera en exceso, lo mejor es levantarse, esperar un rato, vaciar la mochila y abrir la puerta a lo que nos molesta,dejarlo marchar y operar, acertada o equivocadamente, pero sin compañías no deseadas... siempre recordando una de las frases que significó para mí un punto de inflexión (en la vida y en el trading) "Y un día, me día cuenta de que mi principal enemigo era yo...y desde entonces, comencé a ganar batallas..."