Históricamente, todas las monedas eran respaldadas por oro y plata, siendo este respaldo su valor intrínseco que las haría valer.
Al abandonar este respaldo, las monedas se convertían en monedas fiat, palabra que proviene de la fe en latín, perdiendo el valor intrínseco y sosteniéndose solo por la confianza de sus tenedores.
El siguiente gráfico compara 4 monedas de “prestigio” mundial versus el oro:
Todas las monedas fiat tienden a cero. Cuando decimos que el dólar americano tiende a cero muchos pueden mostrarse escépticos, pero el ejemplo de los últimos 100 años es contundente. No hay moneda más confiable que el oro.
Los metales preservan su valor en el tiempo, a diferencia de las monedas fiat que se deslizan a su valor intrínseco: cero. ¿La causa? Siempre la misma: la emisión. Esta hace que la gente pierda la confianza en la moneda y la haga tender a cero.
Hoy Argentina es un gran ejemplo. Estamos en plena corrida del peso al dólar. Los responsables del valor del peso argentino pierden energías desde discursos hasta amenazas para sostener un valor que no existe.
Ahora, ¿es el dólar tan bueno como creemos los argentinos? No. Si bien EE.UU. logró instalar un dólar como reserva en el mundo, y muchos están convencidos de su status, los norteamericanos han cambiado mucho en los últimos años. Sus déficits y sus excesivas emisiones hacen que el dólar, como cualquier moneda fiat, acelere su tendencia a cero.