Una vez más, los números de empleo en Estados Unidos fueron, a primera vista, mejor de lo esperado con la revisión al alza positiva, además de darle un tono de apoyo a las cifras previas. La reacción del dólar era comprensible, ha sido en torno a un 0,25% más firme en el dollar index, en la percepción de que una inyección más de QE es menos probable debido a los mejores números del mercado de trabajo. Por otra parte, las revisiones de noviembre y diciembre solo han añadido 60k más, a los puestos de trabajo que se estimaron previamente. Además, la tasa de desempleo cayó a 8,3%, la lectura más baja desde hace casi tres años.
Por supuesto, para algunos esto es difícilmente compatible con el compromiso de la Fed de mantener los tipos cerca de cero durante casi los próximos tres años. En cuanto a una imagen más amplia, no es tan difícil de cuadrar el círculo. En primer lugar, tenemos la situación del mercado de trabajo hasta ahora en plena fase de recuperación. Mientras que la economía podría haber pasado su máximo previo a la recesión en la producción, el mercado laboral aún tiene que ver una expansión del 4% sobre las nóminas para poder conseguir el mismo efecto en el resto de campos clave para poder tener el mismo impacto sobre el resto del sistema.
El otro dato destacable de este informe es la caída en los ratios de participación, el mayor declive desde hace 2 años. Lo que muestra es que únicamente 63.7% de la población en edad de trabajar está trabajando o buscando trabajo. El dato más bajo desde 1983. Comparado con Alemania- 81%-, el Reino Unido-76.5% y Japón justo por encima del 80%.
Por tanto, mientras que el informe ha sido positivo para el dólar y ha dibujado una panorámica decente del mercado laboral teniendo en cuenta lo que pensábamos antes, debe ser analizado en perspectiva con la recuperación general y la participación de la fuerza de trabajo. Esta última permanece particularmente decepcionante y sirve para ilustrar la estagnación de los ingresos medios en la última década. Cuanto más se aproxima EEUU a las elecciones presidenciales más cortoplacistas los políticos se volverán con respectos a esos datos. Tan importante, sin embargo, es la visión de los cambios drásticos en el mercado laboral americano cuyos datos de hoy han aumentado más que aliviado.
Más QE Reino Unido a pesar de los datos más fuertes
Una vez más, los números de empleo en Estados Unidos fueron, a primera vista, mejor de lo esperado con la revisión al alza positiva, además de darle un tono de apoyo a las cifras previas. La reacción del dólar era comprensible, ha sido en torno a un 0,25% más firme en el dollar index, en la percepción de que una inyección más de QE es menos probable debido a los mejores números del mercado de trabajo. Por otra parte, las revisiones de noviembre y diciembre solo han añadido 60k más, a los puestos de trabajo que se estimaron previamente. Además, la tasa de desempleo cayó a 8,3%, la lectura más baja desde hace casi tres años.
Por supuesto, para algunos esto es difícilmente compatible con el compromiso de la Fed de mantener los tipos cerca de cero durante casi los próximos tres años. En cuanto a una imagen más amplia, no es tan difícil de cuadrar el círculo. En primer lugar, tenemos la situación del mercado de trabajo hasta ahora en plena fase de recuperación. Mientras que la economía podría haber pasado su máximo previo a la recesión en la producción, el mercado laboral aún tiene que ver una expansión del 4% sobre las nóminas para poder conseguir el mismo efecto en el resto de campos clave para poder tener el mismo impacto sobre el resto del sistema.
El otro dato destacable de este informe es la caída en los ratios de participación, el mayor declive desde hace 2 años. Lo que muestra es que únicamente 63.7% de la población en edad de trabajar está trabajando o buscando trabajo. El dato más bajo desde 1983. Comparado con Alemania- 81%-, el Reino Unido-76.5% y Japón justo por encima del 80%.
Por tanto, mientras que el informe ha sido positivo para el dólar y ha dibujado una panorámica decente del mercado laboral teniendo en cuenta lo que pensábamos antes, debe ser analizado en perspectiva con la recuperación general y la participación de la fuerza de trabajo. Esta última permanece particularmente decepcionante y sirve para ilustrar la estagnación de los ingresos medios en la última década. Cuanto más se aproxima EEUU a las elecciones presidenciales más cortoplacistas los políticos se volverán con respectos a esos datos. Tan importante, sin embargo, es la visión de los cambios drásticos en el mercado laboral americano cuyos datos de hoy han aumentado más que aliviado.