Otra semana con los mismos resultados: caída en las bolsas, suba en los títulos alemanes y estadounidenses y depreciación de las monedas frente al yen y al dólar. Una de las excepciones con respecto a semanas anteriores fue el oro, que logró recuperarse (aunque se mantiene débil). El ambiente, que se sigue pesimista y con riesgos en aumento (y otros que se siguen materializando), sigue jugando a favor del dólar y el yen, aunque el rally lleva varias semanas y parece ser hora de una corrección en forma de toma de ganancias. ¿Se dará esta semana o el clima seguirá empeorando impulsando aún más a estas monedas?
El yen rompe los esquemas. Tanto el dólar como el yen marcaron máximos en meses prácticamente cada día frente al resto de las monedas más transadas en el mercado. La de mejor rendimiento fue el yen, que se mostró fuerte y llevó al USD/JPY de regreso por debajo de 80,00 y a mínimos en tres meses.
Cuando parecía que el par comenzaba a ganar momento alcista, se dio una gran caída el día jueves, quebrando importantes soportes. En el gráfico, encerrado en un círculo se aprecia el comportamiento del cruce a lo largo de la semana. Inicialmente el dólar se estaba recuperando e incluso dio señales de quebrar una importante línea bajista y se sostenía por encima de 80,00, pero la gran vela bajista del jueves modificó el panorama. El par ahora luce bajista y desde el comienzo de la semana podría comenzar a probar niveles por debajo de 79,00.
Este quiebre además llevó a una aceleración alcista del yen a lo largo del mercado. Cruces como el EUR/JPY y el GBP/JPY, tuvieron el jueves uno de los peores días en lo que va del año.
La divisa japonesa quedó fortalecida y seguramente escucharemos en los próximos que desde el ministerio de Finanzas de Japón están observando de cerca la evolución del yen. Una intervención unilateral no parece inminente, aunque si sigue bajando las probabilidades pueden aumentar. Una intervención multilateral (es decir, con el apoyo de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Suiza y la Eurozona) está prácticamente descartada. Con lo que está sucediendo en Europa, en la región, ni se van a inmutar por los problemas del yen.
La libra, debilitada. La moneda del Reino Unido estuvo entre las de peor rendimiento en la semana, terminando de dar vuelta la historia que la había tenido como protagonista y como una de las monedas resistentes frente a dólar. La divisa venía perdiendo fuerza en el mercado y se había unido al resto de las monedas en la caída contra el dólar. En el informe de la semanapasada habíamos alertado de la probabilidad de que el GBP/USD ponga a prueba un nivel clave, que consistía en una línea de tendencia alcista con origen en enero. Este nivel, que se encontraba próximo a 1,60 fue quebrado y le hizo perder fuerza a la libra en todo el mercado. Si no fuera por una recuperación hacia el cierre de la semana frente a las monedas ligadas a commodities, el cable hubiera sido la peor. Vale aclarar que la recuperación obedeció, no a un mejor momento de la libra, sino al pésimo momento del resto de las divisas.
En lo que respecta al Banco de Inglaterra será muy interesante el próximo encuentro del comité de política monetaria o las minutas (que se publicarán esta semana). Se espera que aumenten las voces por más acción de parte de la institución monetaria en los próximos días, lo que si se lleva a cabo podría debilitar a la moneda. No está claro que las minutas lo reflejen. Adam Posen, quien era uno de los que pedía más acción anunció que se retirará del banco a fines de agosto. Pese a que la libra tuvo un desempeño flojo, se conoció una reducción en el desempleo, que pasó desapercibida prácticamente por el mercado.
Lo contrario al dólar y al yen fue el kiwi. La moneda de Nueva Zelanda cayó en todos los frente y trajo cierta normalidad de correlaciones ya que era una de las que más solía caer cuando las cosas en los mercados financieras andaban mal, y como andan mal, el resultado fue el esperado. El NZD/JPY fue el cruce que más movimiento tuvo.
El loonie (CAD) se sigue manteniendo frente a sus rivales de las commodities y se muestra como el refugio en este grupo. La semana que pasó, las ganancias no fueron más grandes ya que el dólar canadiense atravesó días de debilidad luego de que el USD/CAD superará un nivel clave en 1,0050, lo que lo debilitó en todos los frentes.
La perspectiva del dólar canadiense sigue siendo favorable frente al resto de las divisas de commodities, aunque ya está alcanzando niveles de sobrecompra. Frente al dólar, el panorama es el contrario. El quiebre de 1,0050 habilitó una suba mayor y si bien el cruce ya escaló desde entonces más de 150 pips podría extender las ganancias. Parece que, a menos que el Banco de Canadá sorprenda con una suba de tasas (descartada por ahora), el cruce no regresará prontamente por debajo del nivel de paridad.
El AUD/USD cayó por debajo del nivel de paridad y se mostró tranquilo allí. El aussie no tuvo un desplome brutal pero sí una caída constante. La tendencia es claramente negativa, aunque en las próximas horas considerando el nivel de sobreventa podría realizar algún tipo de movimiento correctivo. Por encima de 0,9900 hasta podría ganar momento alcista e intentar un regreso hacia la zona de paridad (antes deberá superar 0,9960). Pese a estar a menos de 200 pips, la zona de 1,00 parece haber quedado lejos del alcance con los tiempos que corren.
Europa, el viejo problema de siempre. La situación en Europa no mejora. Las especulaciones en torno al futuro de Grecia, sigue creciendo, tanto en el país como en la región. Los datos de crecimiento lograron dejar a la Eurozona fuera de la recesión pero marcaron una importante divergencia en la región lo cual dificulta las acciones por parte de las autoridades. Mayores tensiones se pueden esperar si el crecimiento no llega y lo que definirá como reacciona el mercado serán las respuestas de las autoridades.
La presión para más acción del Banco Central Europeo sigue aumentando semana a semana, para que flexibilice aún más la política monetaria, pero el organismo sigue diciendo que es la hora de los gobiernos de actuar. El actuar de la Eurozona sigue siendo el ajuste, que cada vez es más rechazado y luce más fuera de tono con los tiempos que corren.
El panorama del euro sigue siendo malo. Si bien hacia el fin de la semana pasada tuvo algún respiro contra algunas monedas, frente al dólar se mantiene bajista y buscando algún nivel de soporte. El viernes dio las primeras señales, aunque no se espera que impliquen el inicio de una recuperación duradera.
Por su parte, los datos económicos en Estados Unidos, no decepcionaron pero tampoco llamaron optimismo. Las minutas de la Reserva Federal no arrojaron nuevos temas. El tema de si la Fed incurrirá en más compras de títulos o no (QE3 o más) seguirá latente por varios años más, ya que aún si la economía se recupera, impulsando una suba en algunas tasas de interés (hipotecarias, de los títulos del tesoro), la Fed posiblemente haga lo posible para que esta trayectoria no sea tan marcada. Es decir, sea cual sea el escenario, la especulación se mantendrá latente.
El dólar tuvo la mejor racha de días consecutivos con ganancias en décadas. Si bien podría cortarla, la tendencia sigue favoreciéndolo y el mercado está ajustando las cotizaciones hacia una nueva con un dólar más alto. El fin de este ajuste aún no llegó. Hasta donde puede llegar es imposible definirlo de antemano y solo se sabrá una vez que finalice.