- Nvidia presentó resultados financieros sólidos, pero decepcionó a los inversores, subrayando cómo los mercados anticipan y reaccionan a las expectativas.
- Las valoraciones altas pueden llevar a rendimientos futuros más bajos y hacer que las acciones sean vulnerables a preocupaciones menores.
- Comprender el comportamiento del mercado y los riesgos de valoración es crucial para el éxito en las inversiones a largo plazo.
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A principios de este mes, describí algunas estrategias esenciales para navegar por la volatilidad de los mercados, centrándome en dos principios clave, que merece la pena volver a recordar ahora:
- Los mercados miran hacia el futuro.
- El sentimiento viene determinado por las expectativas.
Imagínese que arroja 1 dólar a un pozo mágico que le devuelve 5 dólares. Al día siguiente, el pozo le da 10 dólares, y este patrón se repite durante 10 días, hasta que en el último día, arroja 1 dólar y recibe 1.000 dólares. Si regresa el undécimo día, ¿qué esperaría? Probablemente más de 1.000 dólares.
Este patrón de refuerzo positivo refleja la experiencia de los inversores de Nvidia (NASDAQ:NVDA).
La acción ha recompensado a los inversores de forma constante en los últimos años, a menudo superando las expectativas. Sin embargo, a pesar del excelente informe trimestral de ayer, las acciones cerraron un 2,10% a la baja y cayeron aún más en las operaciones posteriores al cierre, dejando a muchos inversores preocupados.
¿Cuál fue la causa del desplome?
El informe trimestral fue sólido, con un aumento interanual de los beneficios y los ingresos superior al 100%, un logro realmente notable. Las previsiones eran igualmente prometedoras.
Pero debemos recordar los dos puntos que he mencionado antes.
En primer lugar, los mercados anticipan.
Pero, ¿qué anticipan? En el caso de Nvidia, la reacción del mercado sugiere preocupaciones planteadas en el informe trimestral, como:
- Problemas de producción con el nuevo chip Blackwell.
- El ROI de CAPEX, ya que invertir en IA, aunque emocionante, es costoso (los otros 7 Magníficos pueden dar fe de ello).
- Los ingresos previstos para el tercer trimestre, que, aunque impresionantes, se quedaron - ligeramente por debajo de las (astronómicas) expectativas.
Y esto nos lleva a las valoraciones.
Las valoraciones elevadas conllevan importantes inconvenientes. En primer lugar, las altas valoraciones actuales implican menores rendimientos esperados en el futuro. En segundo lugar, cuando las valoraciones son altas, los mejores resultados posibles ya están descontados.
Esto nos lleva al segundo punto: los mercados se mueven en función de las expectativas. Cuando una acción cotiza a 70 veces los beneficios y casi 40 veces las ventas, es probable que esas valoraciones ya tengan en cuenta los mejores escenarios posibles.
Se necesita muy poco para sacudirse la confianza de los inversores y romper creencias aparentemente inquebrantables.
Hace unos meses, tuve el placer de hablar con Howard Marks, quien ilustró su punto con un ejemplo sobre dos montones de activos. Uno de los montones contenía un activo muy deseado, con valoraciones elevadísimas, mientras que el otro contenía un activo infravalorado y desechado por muchos.
¿Dónde está la verdadera oportunidad? En el segundo montón, por supuesto.
Una última reflexión: cuando una acción supera los 3 billones de dólares, es difícil que alcance los 5 o 10 billones. En cambio, una acción que actualmente vale 10.000 millones de dólares podría tener una mayor posibilidad de llegar a los 80.000 o 100.000 millones.
Todo se reduce a números y finanzas conductuales.
No puedo predecir si hoy Nvidia cerrará con una caída de dos dígitos o se recuperará. Pero sé lo siguiente: para prosperar en los mercados a largo plazo, debemos guiarnos por los principios clave de inversión que hemos discutido en artículos anteriores.
Todo lo demás es simplemente un juego de azar.