"Faltan noticias y recursos. Por eso, unos y otros tiramos de historias deja vu, como si fuera la primera vez. La pérdida de actividad acentúa este sortilegio. Negar que el Gran Mercado de la Bolsa (o el Gran Casino (PA:CASP), en que se ha convertido) adolece, con frecuencia, de falta de precisión en el tiro y de una visión perfecta, es censurable, porque la ceguera, la cortedad de miras, la poquedad de ánimo suelen estar presentes en ciclos, que nos dejan con la boca abierta, cariacontecidos como el actual. ¿Implica esto que la Bolsa haya entrado en una fase de miopía acelerada y que se explique por qué no ve gangas, chollos, OPAS y dividendos excelentes, que otros ven, elogian y proponen desde hace meses? ¿Quién o quiénes están equivocados? En nuestra gestora no consideramos que el Mercado sea idiota, miope y que no olfatee las gangas y OPAS que otros ven ¿Dividendos? Dividendos de ayer no garantizan dividendos de mañana, como ya venimos constatando en los últimos años", me dice el analista jefe de una de las principales sociedades de valores.
“Hay que admitir, eso sí, que el largo plazo (dentro de 100 años todos calvos) determinará cuándo fue el punto de inflexión de los precios, qué compañías se salvaron de la quema y cuáles no. En coyunturas endémicas, como la actual, cualquier referencia con el pasado puede generar pérdidas irreparables. Porque la Crisis, como ya reconocen los prohombres es SISTÉMICA (han tardado lo suyo, por cierto, en asumir este término)”.
“Y en una crisis SISTÉMICA ¿cuál es el largo plazo, cuál el corto? ¿Qué empresas están preparados para afrontar el futuro? ¿Cuántas compañías desaparecerán en la larga travesía, que nos lleva hacia otro Ciclo Económico? Si en Crisis pasadas de menor calado, muchos inversores y empresas perecieron, es fácil colegir, que, en la actual, el número de víctimas será mayor”.
“¿Empresas a tiros de OPA? Lo mismo se dijo cuando el Ibex pasó desde los 16.000 puntos a los 12.000 y de aquí a los 10.000 y luego más abajo. El asunto no es la OPA como ecuación valor/precio sino la elección de la empresa. Supongamos, no obstante, que ya hay alguien que ha elegido una compañía para pegarle un buen bocado, para oparla. ¿Quién le prestará el dinero en tiempos de sequía pertinaz, de falta de crédito fácil?”.
“¿Momento histórico de compra? Sirve lo anterior. La monserga la hemos escuchado desde los 16.000 puntos de Ibex. Cada 1.000 puntos de caída generaba una serie de maniobras y de propaganda para aprovechar la oportunidad que brindaba el mercado. Comprar cuando los demás venden, se ha repetido cada 1.000 puntos de caída del principal índice de la Bolsa española. Quienes han seguido el curso de promediar pérdidas a la baja está arruinado en la actualidad. Eso sí, todo tiene un precio, pero hay que saber qué precio y qué empresa”.
“Otra cosa es, no obstante, jugar por placer. El Gran Casino de la Bolsa ofrece un juego espectacular: el de la volatilidad. Es, en cualquier caso, un juego similar al de la ruleta rusa”.