El contexto de represión financiera para el ahorro derivada de una política monetaria expansiva extrema supone un bajo coste de oportunidad de mantener instrumentos financieros líquidos, lo que explica el elevado ritmo de crecimiento de la M1 en la zona euro.
El crecimiento promedio de la M3 se ha mantenido en niveles objetivo de medio plazo cercano al 4,5%, por encima del crecimiento nominal de la economía ante una inflación bien por debajo de su nivel objetivo.
Las fuentes internas siguieron siendo el principal motor de la evolución al alza del objetivo intermedio de liquidez. Especialmente destacable es la recuperación de la financiación al sector privado y la compra de activos (en mayor medida deuda pública) por el eurosistema (bancos centrales y BCE).
Es importante resaltar la recuperación de los préstamos de los bancos al sector privado. Por el contrario, la nueva financiación bancaria neta al sector público siguió siendo negativa. Como lo ha sido desde 2016.
Los préstamos de las entidades de crédito a sociedades no financieras crecieron a una tasa interanual del 3,4% en enero, frente a la tasa del 3,1% de diciembre. El avance de estos préstamos se ha recuperado considerablemente desde el mínimo registrado en el primer trimestre de 2014 y su dispersión entre países se ha reducido. La tasa de crecimiento interanual de los préstamos a hogares se mantuvo sin variación en el 2,9% en enero.
En España contrasta la relativa estabilidad del saldo de crédito, en un contexto donde familias y empresas han seguido reduciendo deuda pasada, aunque a un ritmo cada vez más moderado, con el fuerte crecimiento de la nueva financiación bancaria.
El importante descenso de los tipos de interés experimentado desde 2014 y la mejora general en la oferta y en la demanda de préstamos bancarios explica el dinamismo de la financiación bancaria al sector privado. Todo ello mientras los bancos europeos han avanzado en el saneamiento de sus balances y en la reducción de los préstamos dudosos.
El Banco Central Europeo (BCE) defiende el mantenimiento de unas condiciones financieras laxas por el momento, hasta que la inflación se acerque a niveles objetivo del 2,0%. Su presidente, Mario Draghi, repite tras cada reunión mensual de la entidad la necesidad de ser paciente, persistente y prudente a la hora de gestionar la futura normalización monetaria. El riesgo asumido con ello es doble, en términos de distorsión en los mercados financieros y para la propia estabilidad del sector financiero.
La recuperación de la nueva financiación bancaria favorece que algunas de las medidas monetarias extremas se eliminen a mayor velocidad. La más importante son los tipos de interés negativos que penalizan el exceso de reservas de los bancos.