Ya lo escucharon: el Banco Mundial espera una aceleración en el crecimiento mundial para este año hasta un ritmo del 2,7 %, tras el nivel de crecimiento más bajo tras el inicio de la crisis estimado el año pasado.
La institución supranacional espera un crecimiento para este año de las economías emergentes del 4,2 % y hasta un 1,8% en el caso de las economías desarrolladas.
¿Las razones? Simplificando al máximo, sería un el estímulo fiscal en el caso de las economías desarrolladas, la mejora en la actividad exportadora de materias primas en el caso de las economías emergentes y en general el aumento de la demanda interna.
Hoy hemos conocido que los pedidos de maquinaria han repuntado más del 10% anual en noviembre en Japón. Aunque, es cierto, los datos de ventas al por menor de EE.UU. el viernes pasado sorprendieron de forma negativa. La excepción con respecto al optimismo generalizado que generan los datos económicos últimos a nivel mundial.
¿Riesgos? No les sorprenderá que el Banco Mundial aluda a la política, al proteccionismo y a la propia incertidumbre sobre la inversión productiva. La institución achaca la debilidad de la inversión en los últimos años a una combinación de sobrecapacidad previa a la crisis, a la caída de los precios de las materias primas, el menor flujo de inversión directa internacional, la elevada deuda privada acumulada y al riesgo político.
¿Optimistas? El miedo es contagioso; pero el optimismo, también.
Miren ahora este gráfico....
Son datos de Citi y las conclusiones son claras: la confianza de empresas y familias alcanza en los países desarrollados el nivel más alto desde el inicio de la Crisis. Coherente con ritmos de crecimiento anualizado estimados por encima del 2 % a finales del año pasado, por encima de la previsión que publicaba el Banco Mundial.
¿Un optimismo consistente? Inversión más que consumo, pero con consumo al alza, por el lado de la demanda; manufacturas liderando el repunte de la producción frente a servicios. Al final, un mayor optimismo que se ve alimentado por la mejora de la demanda mundial bajo unas condiciones financieras muy favorables. Llamativo por ejemplo que en Europa sean Alemania y Portugal los que lideran esta mejora en la percepción de los agentes económicos.
Los datos cualitativos son indicadores económicos muy importantes, aunque su fiabilidad puede no serlo tanto en entornos de incertidumbre. Con todo, sean bienvenidos en una situación como la actual.