Hace meses que vengo anticipando que el tiempo de ser pesimista en Argentina ya pasó y éste es el espíritu del artículo de hoy.
Cuando todos lloraban yo ya estaba muy alcista. En los próximos tres años, Argentina exhibirá probablemente una significativa compresión de spreads de 600 puntos básicos, con un claro efecto en la revalorización de activos reales y financieros, con un peronismo que moviendo hacia el centro tendrá un claro rol en la dinámica de la prima de riesgo argentina.
Desde enero, estamos en presencia de cambios importantes en política económica que comenzaron por el lado cambiario, llegaron a lo monetario con subida de tasas y finalmente se acercan a lo fiscal con un ajuste de tarifas.
Un detalle que no puede pasar desapercibido es el potencial no pago del cupón PIB anunciado recientemente, que ahorraría a la Argentina unos 3.500 millones de dólares, fortaleciendo su posición de reservas.
Todo esto ha sido muy bienvenido en Wall Street y no es casualidad que el dólar se haya tranquilizado en este contexto.
Quiero resaltar la importancia de este párrafo por una razón: todas estas medidas son positivas y alejan la posibilidad de un 2014 caótico tal como vengo anticipando desde el 2013.
El ADN de supervivencia ya le afloró al peronismo y estos cambios de política económica son el precio que está pagando para perdurar en el poder post-2015.
Si la Argentina de 2014 hubiese entrado en una crisis económica al estilo “híper 1989” o “default 2001”, el peronismo podría haber perdido las elecciones del 2015 y eso lo sabe muy bien.
Bajo ninguna circunstancia le conviene al peronismo deteriorar a la economía al punto de ocasionar un desenlace trágico, nunca observé al peronismo suicidarse y no creo que ésta sea una excepción.
El peronismo tiene un grado de libertad importante: un “mediocre 2014” no le complica las elecciones, el problema es si el 2014 mutaba a caos y en ese escenario de caras al 2015 el peronismo se vería claramente comprometido, por lo tanto el caos no ocurrirá.
Por el momento, de acuerdo a las encuestas que se publican parecería que en las presidenciales del 2015 Massa y Scioli encabezan el pelotón, es cierto que esto será una maratón a la que le falta mucho tiempo y además también es verdad que el 2014 recién está terminando su cuarto mes, por lo que nos esperan ocho meses más, que seguramente serán largos e intensos.
Parecería que Massa y Scioli se acercan al peronismo tradicional definido como una visión más de centro que la que actualmente observamos y de acuerdo a las encuestas, parecería que esta versión más centrista del peronismo está en claras condiciones de heredar a la actual versión.
Por lo tanto, la voluntad electoral refleja a una ciudadanía que por el momento parecería elegir al peronismo de centro como sucesor. El suicidio político en Argentina no forma parte del manual peronista, para eso están los demás partidos políticos.
Si el peronismo fue capaz de exhibir un voluptuoso giro pendular vistiéndose de quasi-liberal en los 90 o exhibiendo rasgos de izquierda en esta última década, bien podrá concertar una transición no caótica hacia el centro de caras a 2015 y con ello asegurarse otro periodo más en el poder con claras implicancias en la valuación de activos argentinos dado que un movimiento hacia el centro debería ocasionar una muy positiva baja en la prima de riesgo.
Parecería observarse claramente un giro de política económica que nos aleja del caos como escenario base. Los intentos de acuerdo con el CIADI o el Club de París, el acercamiento al FMI con la confección de un nuevo índice inflacionario, el acuerdo YPF-Repsol, el ajuste tarifario y el no pago al cupón son señales reales que reflejan una decisión de evitar la crisis y es en esta decisión en donde se nota una vez más la capacidad infinita del peronismo de volantear cuando hace falta.
Parecería que si el peronismo asegura una transición no caótica tiene claras oportunidades de salir victoriosa en 2015, de ahí mi hipótesis y parece evidente que los mercados se están anticipando ya a dicho evento con una clara positividad en la dinámica de activos argentinos.