La libra esterlina sigue batiendo records mínimos de varias décadas, como consecuencia directa de la incertidumbre que genera en los mercados la salida, por ahora en los papeles, de Reino Unido de la Unión Europea.
Esta vez, la caída de la libra se detuvo en 1,2795, para recuperar más de 200 puntos en minutos, lo cual a su vez demuestra la fuerte volatilidad que sufre la divisa británica.
Como contrapartida, el yen y la onza de oro, los dos activos más buscados como refugio por parte de los inversores en estas circunstancias, se fortalecen en buena forma: la divisa nipona se acerca a sus máximos del día 24 de junio, cuando en pleno escrutinio del referendo en Reino Unido alcanzó su valor más alto en más de dos años, en 99 unidades; la onza, por su parte, llega a su máximo de mediados de marzo de 2014, al superar la cota de 1.370 dólares.
¿Hasta cuando puede extenderse esta situación? Es difícil anticipar un desenlace a la crisis que reina en los mercados con el llamado Brexit. Pero conviene recordar que los bancos centrales sigue muy de cerca lo que sucede, y tanto el Banco de Japón, como el Banco de Inglaterra, están preparados para intervenir cuando sea necesario.
El BoJ podría ejercer su poder sobre el tipo de cambio, algo que ya ha hecho varias veces en los últimos años con la complacencia de sus bancos centrales colegas, en tanto el BoE ya ha mencionado la posibilidad de recortar los tipos de interés, que se mantienen en el 0,5% desde marzo de 2009, en los próximos meses.
Claro está, esto cambiaría el panorama actual: la libra podría acercarse a 1,25 en ese caso, en tanto el yen debería caer, aunque no demasiado: a los mercados no les gustan las intervenciones, y las del BoJ suelen tener efecto efímero; son más simbólicas que prácticas.
El euro, en este contexto, cae en forma más moderada que la libra, aunque ya rozó la zona de 1,10 a primera hora. El quiebre de dicho nivel podría disparar un movimiento bajista de la divisa única, teniendo en cuenta además que en el gráfico de 4 horas, fue vulnerada a la baja una línea de tendencia alcista. Luego de un pullback a la misma, que ahora mismo estamos viendo, y que tiene punto de apoyo en la zona de 1,1110, podría haber una nueva baja del euro en la sesión americana.
Una sesión americana que ofrece como principales atractivos el ISM de servicios, con una ligera mejora esperada respecto al mes pasado, y lejos de la zona de 50 puntos, que pondría en peligro un período de crecimiento del sector, y las actas del FOMC, que reflejan las discusiones del Comité de política monetaria de la Fed en su última reunión de junio.
Teniendo en cuenta lo poco trascendente que fue, no se espera que haya impactos importantes en los precios, aunque conviene seguir de cerca el comunicado, que se conocerá a las 2:00 pm del este.