Desde mayo del 2022, el crudo Brent ha experimentado una marcada tendencia a la baja, deslizándose desde su posición en torno a los 125 dólares hasta alcanzar los 72 dólares. Este declive ha sido significativo, ya que ha coincidido con una línea de tendencia bajista de largo plazo, agregando presión a la baja. Además, este nivel se encuentra en cercanía con un soporte mensual establecido en los 70 dólares, lo que añade un elemento adicional de relevancia a esta zona de precios.
En el mediano plazo, el precio del petróleo ha experimentado un quiebre significativo al bajar de los 78 dólares, marcando un cierre de ciclo alcista al situarse en 73 dólares, un nivel clave de soporte semanal alcanzado en julio de 2023. A corto plazo, se observa un impulso alcista partiendo de dicho soporte, aunque ahora se estanca en la zona de resistencia semanal cercana a los 78,75 dólares. Este nivel ha demostrado ser una región de ventas, evidenciado por cuatro días consecutivos de llegada a esta área y la posterior aparición de ventas.
Las proyecciones indican que, si el precio del petróleo rompe el soporte diario en los 77,35 dólares, podríamos presenciar una caída continua hacia los 75 dólares y, posteriormente, hasta los 73 dólares, lo que culminaría en un cierre de ciclo a corto plazo. Por otro lado, si el precio logra superar la barrera de los 80 dólares, podríamos ver una subida hasta los 83,65 dólares, una zona de resistencia diaria y el límite superior de un canal bajista.
Sugiero dos posibles escenarios dependiendo de cómo el precio interactúe con los niveles clave: una posible caída si se rompen ciertos soportes, o un alza si se superan las resistencias establecidas.