Con motivo de la depreciación del peso argentino con respecto al dólar, las empresas ven disminuidas sus ganancias. Esto las lleva a cambiar sus beneficios a dólares, evitando así que estos se deprecien y afecten finalmente a sus cuentas y rentabilidades. La consecuencia que tiene esta salida de capital para la economía es un aumento de la depreciación de la divisa argentina, lo que acaba empeorando el poder adquisitivo de la moneda.
Al ver que las medidas de Macri no están teniendo el efecto que se esperaba sobre la economía (impulsando aún más la incertidumbre y el miedo), la semana pasada el gobierno se vio forzado a establecer medidas que controlaban esta salida de capital anteriormente mencionada. El viernes, 30 de agosto, el Banco Central estableció un control sobre las entidades financieras con el objetivo de detectar cualquier movimiento de este tipo hacia sus matrices en dólares. Esta decisión en los mercados no tuvo el efecto esperado y el USD/ARS siguió subiendo, llegando a los 59,50 pesos argentinos por dólar. Con ello, se agrava más la dificultad para pagar la deuda en dólares y la inflación, de esta manera, incentiva cada vez más una crisis de divisa. Esto ha llevado al Gobierno a ampliar sus medidas, involucrando también a las empresas.
Con esto, se llega al control total de cambios de divisa, el cepo cambiario. Los principales objetivos de estás medidas son el control de la inflación y la mayor devaluación de la moneda local. Pero estas medidas ya fueron aplicadas en 2011 en Argentina y se creó un mercado alternativo de cambio de divisas USD/ARS, lo que llevó a una continuación de la devaluación y de las tensiones inflacionistas.
Por lo tanto, puede que estas medidas ayuden a estabilizar la moneda y la bolsa de Argentina, pero insuficientes ante la falta de confianza que se tiene en las posibles políticas del partido peronista de Alberto Fernández. Es por ello que serán clave los resultados de las elecciones generales del 27 de octubre.
En el gráfico USD/ARS, se puede ver que, aunque corrigió el impulso alcista con el que alcanzó el entorno de los 62 pesos argentinos por dólares , solo capituló alrededor de un 50%, hasta los 53,50. Posteriormente, ha continuado con un movimiento alcista, con el que ha perforado la resistencia relevante del entrono de los 58, pudiendo indicar una continuación de la tendencia alcista.
Con las medidas tomadas el viernes sobre las entidades financieras, el cambio de divisa continuó con su trayectoria, pero a diferencia del jueves, no sobrepasó la resistencia de en torno a 59,70 pesos argentinos. Con el movimiento al alza del viernes, se alcanzó el preció objetivo del doble suelo, marcado en el entrono de 59,50 y, a su vez, fue un movimiento indicado por una divergencia alcista del RSI. Este impulso alcista puede tener recorrido todavía, siendo apoyado por un triángulo ascendente. De esta manera, si perfora la resistencia de los 59,70 y lo confirma, podría significar la intención del tipo de cambio a alcanzar los anteriores 62 pesos argentinos por dólar.
En cuanto al Merval S&P, aunque sigue con su impulso bajista, se encuentra estabilizándose a medida que se aproxima más al soporte de en torno a 23.330 puntos y acercándose cada vez más a la media exponencial de 30 periodos. Si finalmente, perfora dicho soporte, le llevaría a tener como objetivo el soporte relevante de 18.6801.