Una fuerte caída del indicador del PIB de la Reserva Federal de Atlanta indica que Estados Unidos podría estar ya en recesión, ya que cayó hasta -2,1% en el segundo trimestre, tras el -1,6% del primero.
Una recesión es técnicamente dos trimestres sucesivos de crecimiento negativo, por lo que si los datos oficiales de finales de este mes confirman estas cifras, Estados Unidos entró en recesión en la primera mitad de este año, después de que muchos economistas la esperaran como muy pronto el año que viene.
Los consumidores han empezado a frenar el gasto ante el aumento de la inflación. Los datos de la lectura de los gastos de consumo personal, barómetro de inflación favorito de la Fed mostraron que la renta disponible ha bajado un 0,1% y el gasto de los consumidores, tras el ajuste por la inflación, un 0,4%.
La inflación subyacente del PCE, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, subió un 4,7% anual en mayo. Sin embargo, la inflación general subió un 6,3% en el conjunto del año, sin cambios con respecto a abril, y un 0,6% en el conjunto del mes, frente al aumento mensual del 0,2% de abril.
Todo esto son malas noticias. Junto con la subida del 8,6% del índice de precios al consumo publicado este lunes, los datos pintan un panorama sombrío.
El aspecto positivo es que la llegada de una recesión podría llevar a los responsables de la política monetaria a frenar su agresiva subida de tipos, que actualmente tiene su objetivo de los tipos a un día fijado en el 3,8% en 2023, tras alcanzar el 3,4% a finales de este año. La subida de junio situó el tipo objetivo entre el 1,5% y el 1,75%.
Aunque el plan es elevar el tipo de los fondos federales en tres cuartos de punto en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de los días 26-27 de julio, el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker, ha dicho que los responsables de la política monetaria podrían dejarlo en una subida de medio punto si la demanda se suaviza.
Los mercados financieros y la formulación de política monetaria se han detenido con motivo del puente del 4 de julio en Estados Unidos pero en Europa se habla de inflación y recesión mientras el Banco Central Europeo celebraba su foro anual en la ciudad turística portuguesa de Sintra, el equivalente a la reunión de la Fed en Jackson Hole de agosto.
La inflación de la eurozona registró en junio máximos históricos anuales en el 8,6%, tras subir un 8,1% en mayo, ya que los economistas habían previsto sólo un 8,4% para el mes pasado. El informe del viernes sobre la inflación se conoce después de que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, empezara a hablar con más dureza en Sintra y presionara al Consejo de Gobierno del BCE para que subiera sus tipos de interés oficiales en julio por encima del cuarto de punto porcentual previsto.
Junto con la recesión, el mayor temor de los responsables de la política monetaria en Europa es la "fragmentación", es decir, el aumento de los diferenciales entre el rendimiento de la deuda pública de los Estados miembros de la eurozona. El BCE está trabajando en una herramienta antifragmentación para apuntalar los bonos de los miembros más débiles.
Algunos analistas son escépticos en cuanto a que la nueva herramienta del BCE pueda enhebrar la aguja entre su limitado programa de compras de emergencia y las jamás utilizadas Transacciones Monetarias Directas, que son ilimitadas pero imponen estrictas condiciones al país al que respaldan.
Cuando Mario Draghi dirigía el BCE y decía que el banco central haría lo que fuera necesario para salvar el euro, su credibilidad como banquero central se imponía. Lagarde y el actual equipo del BCE podrían no ser tan creíbles cuando finalmente implementen su programa de apoyo.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que asistió al foro de Sintra, continuó hablando de volver a la "normalidad" de la inflación, pero Lagarde fue más directa sobre lo permanente que podría ser el cambio debido al COVID y a la crisis de Ucrania.
"Se han desencadenado fuerzas como resultado de la pandemia, a causa de esta enorme conmoción geopolítica a la que nos enfrentamos ahora, que van a cambiar el panorama y el paisaje en el que operamos", decía en el foro.