La capitulación en los mercados financieros, junto con un incremento en la volatilidad (que no es otra cosa que miedo bursátil) son algunas de las características que suelen darse en los mercados financieros ante una crisis de impacto negativo a la economía.
Ciertamente con una inflación descontrolada, una situación geopolítica muy tensa, un alza de tasas agresiva y un petróleo que, a pesar de todo ese esfuerzo, baja a un ritmo muy lento, hay motivos para esperar dicha capitulación.
Sin embargo, la capitulación no llega y creo que estas podrían ser las razones,
1. Oportunidades a niveles pre pandemia:
Es importante recordar que hace casi 3 años la pandemia generó un pánico que llevo a las bolsas a caer a niveles tan fuertes (SP500 cayó más de 35%) que resultaba muy atractivo invertir en activos que casi con total seguridad iban van a revalorizarse mucho cuando el contexto se normalice.
Si bien, luego vino la inyección desmedida y no filtrada de liquidez al mercado para apoyar al consumo, que llevó a las bolsas a un repunte exagerado (el SP500 de 2191 a 4810, aprox.) y que hoy se está desplomando, hay que notar que ese repunte no se dio, necesariamente, en todos o la mayoría de activos. Creería incluso, que se concentra en activos de renombre comercial pero la bolsa es mucho más que eso. Aún hoy, hay muchos activos y desde antes de las caídas por el incremento de tasas, a niveles bursátiles pre pandémicos y mientras haya ese espacio, es difícil que los inversores quieran soltar esas oportunidades e incluso algunos pueden sentirse más tentados a aprovecharlas, considerando las nuevas caídas.
2. Cambio en la psicología del inversor:
Como suele pasar cuando aparece una crisis, nos solemos olvidar de la anterior y venimos de crisis en crisis, sin descanso, desde el 2020: la pandemia, la 2da ola, la 3era ola, crisis energética, crisis logística, crisis de chips, guerra en ucrania, alza de tipos y seguro vendrán más.
Ese historial puede estar restando miedo o preocupación a lo que una situación como la que estamos viviendo, debería producir. A diferencia de otras crisis, que llegan luego de un contexto positivo, la crisis en los mercados financieros desde el 2020, se ha vuelto la nueva normalidad.
3. Relevancia del último trimestre del año:
Si la capitulación no ha llegado en lo que va del año, es difícil pensar que va a suceder en el trimestre de mayor relevancia comercial para muchas marcas por la campaña navideña. Esta le va a dar un impulso a las empresas para producir algo más de dinero.
4. Resultados empresariales no tan malos:
Los resultados del último Q3 han resultado mixtos diría yo. En muchos casos ha sido evidente el debilitamiento de las ventas y caída de beneficios, pero también hay muchos casos en los que eso aún no pasa. Y esto lo podemos comparar también con algunos datos macro positivos como la tasa de desempleo o los niveles de PMI en US y vemos mucha coherencia. La recesión todavía no se plasma en la realidad, muchos activos aún producen riqueza y eso, combinado con el punto anterior, motiva a mantener posiciones o incluso entrar.
5. Incremento en el costo a las empresas por re comprar sus propias acciones:
Por último, tenemos la siguiente coyuntura que no debemos dejar de lado y es que las empresas, a partir de enero del 2023, van a tener que pagar un impuesto adicional de 1% por re comprar sus propias acciones. De manera que, si las empresas quieren aprovechar por re comprar sus acciones, ya bastante castigadas, tendría más sentido que lo hagan antes del 2023.
Creo que a hasta inicios del 2023 y conforme se comience a plasmar en la realidad económica las decisiones restrictivas de la FED, recién se podría comenzar a formar el escenario para la llegada de tal capitulación.