Los alcistas del petróleo son todo sonrisas, tras haber logrado lo aparentemente imposible: en la reunión de la OPEP+ no se ha acordado la incorporación al mercado de un solo barril más de cara a agosto y en adelante.
La verdad es que podrían estar empezando los problemas para aquellos posicionados en largo en el mercado.
Tras dos días de conversaciones inflexibles entre Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, la OPEP+ decidió que era mejor para los dos exaliados acérrimos —y ahora algo rivales— interrumpir las negociaciones sobre las cuotas de exportación del próximo mes.
No hubo comunicado oficial al efecto por parte del grupo de 23 naciones de la OPEP+, que agrupa a los 13 miembros originales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo liderada por Arabia Saudí y sus 10 aliados dirigidos por Rusia.
Los alcistas del petróleo ahora están salivando ante las perspectivas de que el Brent alcanzará los 80 dólares en cuestión de días, como profetizó Goldman Sachs (NYSE:GS) hace meses, y tal vez incluso los 100 dólares que Bank of America (NYSE:BAC) pronosticó recientemente.
Eso se basa en la hipótesis de que la unidad de la OPEP+ para cumplir con las reducciones establecidas por la hegemonía saudí-rusa que controlaba la alianza permanece intacta.
Con la disputa saudí-EAU, ¿respetará el resto de la OPEP+ las reducciones como antes?
Como se demostró durante el fin de semana, la unidad dentro de la alianza ha comenzado a deshilacharse y solo puede deteriorarse a partir de aquí.
Ahí está el quid de la cuestión entre los saudís y los emiratís. Al ser el que normalmente hace el trabajo pesado de las reducciones de producción, incluso allá por 2016 cuando se forjó el primer acuerdo de la OPEP +, los saudís se sienten con derecho a obtener algunos ingresos adicionales en estos niveles de precios aliviando más de sus reducciones y menos de los demás.
Según el plan de Riad, la OPEP+ aumentará la producción por etapas en unos 2 millones de barriles al día de agosto a diciembre y extenderá las reducciones hasta finales del próximo año en lugar de hasta abril de 2022, sin un ajuste a los niveles de producción de referencia.
Los emiratís, sin embargo, están molestos por la base a partir de la cual se calculan sus reducciones de producción, argumentando que lo que acordaron era demasiado bajo en el apogeo de la pandemia. Abu Dhabi ha invertido miles de millones de dólares desde entonces para aumentar su capacidad de producción y quiere bombear más para obtener resultados positivos de ese dinero.
La producción de petróleo de los Emiratos Árabes Unidos alcanzó un récord de más de 4 millones de barriles al día en abril del año pasado durante una breve guerra de suministro entre Arabia Saudí y Rusia. Antes de eso, el país sólo había bombeado más de 3,2 millones de barriles al día durante todo un mes dos veces: en noviembre y en diciembre de 2018.
Sin duda, por sí solos, los emiratís nunca podrán bombear lo suficiente como para inundar el mercado del petróleo y hundir los precios. Pero la lucha que mantuvieron contra los saudís podría envalentonar a otros miembros de la alianza para que incorporen más barriles al mercado.
Hay otras cuestiones a observar también.
Acuerdo con Irán, producción de Estados Unidos
En la periferia de la cuestión de la OPEP está el posible acuerdo nuclear de Irán con las potencias mundiales. Si bien eso no parece inminente, el momento aún podría sorprender. Si tal acuerdo se produce, las sanciones estadounidenses a las exportaciones de petróleo iraní terminarán, lo que podría devolver 500.000 barriles al día al mercado de inmediato o hasta 2 millones al día a largo plazo.
Irán es miembro fundador de la OPEP, pero debido a las sanciones se le trata como a un paria dentro del cartel, particularmente por su sempiterno enemigo Arabia Saudí. Si bien Teherán no ha contribuido ni con un solo barril a las reducciones ordenadas por Arabia Saudí, su legítimo regreso al mercado traerá cierta presión al menos sobre los precios del crudo.
Estos comentarios fueron los primeros de este tipo por parte de la administración desde que llegara al cargo en enero, lo que indica que finalmente está despertando a las preocupaciones de inflación y el impacto de la subida del precio del petróleo, ya que los precios de la gasolina en los surtidores alcanzaron nuevos máximos de siete años en más de 3 dólares por galón.
En resumen, el riesgo alcista para los precios del petróleo sigue siendo mayor que a la baja. Sin embargo, no debemos sorprendernos si la consolidación/corrección del mercado se establece más rápido de lo que se pensaba, a pesar de la insistencia de la OPEP en que no habrá reducciones.