La oscilación en el USD/CHF de esta semana ha generado fuertes mareos. La prueba de misiles de Corea del Norte volvió a introducir tensiones geopolíticas en la escena internacional, empujando a los inversores en divisas a regresar a las monedas tradicionales de refugio frente al dólar (el EUR/CHF estuvo básicamente inmóvil debido a la naturaleza del conflicto).
Sin embargo, la preocupación de los inversores fue de corta duración, provocando una fuerte reversión. Si bien nuestra convicción en el carry trade se ha moderado ligeramente en el corto plazo, las condiciones de política monetaria flexible favorecerán la toma de riesgos. Las entradas de capital indicaron que los activos de mayor rendimiento, especialmente en los mercados emergentes, siguieron beneficiándose de la prima de riesgo global más baja. Destacando la disminución de la aversión al riesgo, el rendimiento del bono a 10 años de Estados Unidos han caído hasta el 2,12%, desafiando los mínimos del 17 de junio. En lo que se refiere al CHF, el Banco Nacional de Suiza (BNS) se mantiene a la defensiva, a pesar de la rápida depreciación del franco frente al euro.
El balance del BNS continúa expandiéndose para compensar la fortaleza del CHF y se indica que hay una inversión proporcional del 20% en acciones. En otros mercados, la capacidad de crear capital y comprar acciones “reales” (el tipo de interés negativo empuja a los inversores a salir del efectivo y volcarse en acciones) ha generado la demanda de los inversores por las acciones del Banco Nacional Suizo (SNBN).
La propuesta sólida de un entorno de toma de riesgos y un banco central empeñado en devaluar su moneda hace que el CHF sea la moneda ideal de financiación de posiciones de carry. Dada la alta demanda de divisas de mercados emergentes, el CHF debería mantenerse débil.