Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Muchos traders asiáticos se encuentran celebrando la festividad del Año Nuevo Lunar, de manera que ha sido una jornada tranquila en el mercado de divisas. El dólar ha ampliado ganancias con respecto a las demás monedas principales pues las acciones siguen subiendo. El Dow Jones de Industriales ha subido otros 175 puntos, situando la subida total hasta la fecha en el 8,2%. No hay mucho en los datos de Estados Unidos de esta semana que pueda amenazar la recuperación del dólar. Los inversores pasan por alto el inesperado descenso de los pedidos industriales y los datos, peores de lo previsto, sobre el crecimiento de los pedidos de bienes duraderos de noviembre. Los flujos de esta semana se verán determinados por las previsiones de otros bancos centrales y la tendencia del crecimiento en el extranjero. Sabemos que a la Reserva Federal le preocupa que la economía estadounidense pierda más impulso en la primera mitad del año por lo que no ven ninguna razón para apresurarse a volver a subir los tipos de interés. La mayoría de los demás bancos centrales no está en pleno ciclo de implementación de ajustes, de manera que sus previsiones pueden ser o menos o más agresivas. Lamentablemente, tanto el Banco de la Reserva de Australia, que se reunía el lunes por la noche, como el Banco de Inglaterra, que se reúne el jueves, tienen razones para estar preocupados.
Acabamos de enterarnos de que la actividad del sector servicios de Australia ha disminuido por primera vez en casi dos años, y el índice PMI ha registrado su cota más baja desde noviembre de 2014. Los traders del dólar australiano deberían preocuparse porque esta ralentización se produce en un momento de deterioro generalizado de la economía de Australia desde su última reunión celebrada en diciembre. El crecimiento del empleo se está ralentizando, disminuye la confianza de los consumidores, las presiones inflacionarias descienden a pesar de la reciente subida y la actividad empresarial y la confianza se están debilitando. Gran parte de esto tiene que ver con la mediocre tasa de crecimiento de China y la permanente incertidumbre comercial. Así que aunque una serie de miembros del Banco de la Reserva de Australia ha dicho que el siguiente movimiento de los tipos será al alza, para un banco central que ya expresó su preocupación en torno al bajo crecimiento de ingresos y la caída de los precios de los activos a finales del año pasado, las previsiones se han deteriorado aún más. Por esta razón, la nueva advertencia del Banco de la Reserva de Australia podría llevar al par AUD/USD hasta el nivel de 0,7150.
El euro y la libra también ampliaron sus descensos frente al billete verde pues ambas divisas esperan otra tanda de datos más flojos. El Reino Unido publica sus índices compuestos PMI del sector servicios este martes y la fuerte caída del índice PMI manufacturero nos indica que la economía se está ralentizando. Incluso si mejora, no deberíamos ver más que el repunte llamado del gato muerto en el caso de la libra esterlina, ya que la incertidumbre del Brexit ejerce una gran presión sobre la moneda. A menos de 60 días de la fecha límite del 29 de marzo, no estamos más cerca de un acuerdo de Brexit. Las ventas minoristas de la eurozona también deberían descender bruscamente tras el fuerte descenso del gasto en Alemania y Francia registrado en diciembre. A pesar de las navidades, el consumo de la mayor economía de la eurozona experimentó su mayor descenso de los últimos 11 años. Ambas divisas son susceptibles de volver a caer a corto plazo.