El mercado, sea cual sea, forma una cierta estructura de precio que nos ayuda a tomar decisiones probabilísticas. Esta estructura no es nada más que una combinación de consolidaciones, tendencias y retrocesos.
En primer lugar tenemos la consolidación. Esta puede ser de acumulación o de distribución y consiste en un periodo de tiempo donde el precio tiene un movimiento prácticamente aleatorio mientras coge fuerza para la rotura y posterior tendencia. Una vez se produzca una rotura de la consolidación tendremos una tendencia. Durante la tendencia de producirán numerosos retrocesos, así formando la estructura del mercado.
El retroceso más sencillo es la corrección simple que está compuesta por una onda en contra del movimiento de impulso inicial. Esta onda de corrección de tarda demasiado en romper los máximos de impulso. El siguiente tipo de retroceso dentro de la tendencia se puede considerar complejo ya que se produce en tres ondas. La onda ‘A’ es un retroceso simple. La onda ‘B’ es una onda a favor de la tendencia pero fracasa en romper los máximos del movimiento de impulso así creando la onda ‘C’. Esta última onda rompe la onda ‘A’ por pocos puntos y sin fuerza. Desde aquí pueden ocurrir dos cosas: rompemos por encima de la onda ‘B’ iniciando un nuevo movimiento de impulso o rompemos por debajo de la onda ‘C’ iniciando una tendencia bajista.
Sólo sabiendo esto ya podemos hacer cuatro operaciones: rotura de consolidación, corrección simple, rotura de onda ‘B’ y rotura de onda ‘C’. Con estas cuatro operaciones ya podemos crear nuestro plan de trading añadiendo parámetros como dónde colocar el stop-loss y el take-profit o qué gráficos e indicadores queremos mirar.