¿El cobre cerca de 3 dólares por libra va a ser algo permanente?
En un mundo coronavirus, la respuesta dependerá de quién esté trabajando: el empleado de la fábrica o el minero.
En una nota sobre el sector minero publicada el viernes, Fitch Solutions escribía que la producción de mineral de cobre, junto con la de estaño, se enfrentará a las mayores reducciones provocadas por el COVID-19 en 2020, debido a la concentración de esos proyectos mineros en Asia y las Américas, donde el virus ha experimentado un renacimiento.
Por ejemplo, la producción de cobre de Perú, el tercer país productor más grande, descendió un 20,4% hasta el primer semestre de este año, dice Fitch Solutions, una unidad del grupo de calificación crediticia global Fitch.
Y añade: "Los gobiernos de Colombia, Chile y Brasil han permitido que las actividades mineras continúen con algunas medidas sanitarias, como la reducción del número de personal in situ".
Los tres países, todos de América del Sur, se encuentran entre los 10 principales puntos críticos de coronavirus del mundo, ocupando Brasil el segundo puesto justo después de Estados Unidos con 3,6 millones de casos. Colombia se encuentra en el número ocho con más de 550.000 casos y Chile en la décima posición con poco menos de 400.000 casos.
Una reducción de la actividad minera de estas naciones mineras contribuirá a mantener el cobre cerca de los máximos de la semana pasada, cuando atravesó el techo de 3 dólares por libra en el COMEX de Nueva York por primera vez desde junio de 2018.
Pero hay otra "historia de impacto" del coronavirus que se desarrolla en el entorno de los metales, una que implica demanda. Y aquí es donde hay una falta de claridad en torno a los precios del cobre.
En el sentido más simplista, cuando las fábricas o industrias en general no funcionan a su ritmo normal, significa una desaceleración de la demanda de productos y recursos, incluyendo materias primas como el cobre.
Ron Hall de resourceworld.com escribió en un blog que los máximos de dos años de los precios del cobre se alcanzaban tras las crecientes alteraciones de la demanda y la oferta de China.
"La demanda supera ya la oferta reflejada en una disminución de los cargos de tratamiento y refinación", escribía.
"Los cargos de tratamiento y refinación pagados por los mineros a las fundiciones han caído hasta mínimos de ocho años, un signo de competencia entre los refinadores por los concentrados disponibles".
Pero Hall dijo que también era discutible que el ritmo de la demanda pudiera mantenerse hasta el tercer y cuarto trimestre.
Y añade: "La recuperación podría no ser sostenible y el riesgo de una segunda oleada de COVID-19, especialmente en Estados Unidos y China, los dos mayores consumidores del mundo, podría provocar una presión a la baja sobre los precios del cobre el próximo trimestre".
Eleni Joannides, analista principal del equipo de cobre de Wood Mackenzie, ha expresado unas preocupaciones similares, y en una entrevista para la CNBC, decía:
"Hay toda una gran cantidad de población por ahí que o bien está cesada de su puesto, o lo ha perdió o no sabe lo que va a pasar con su trabajo, así que el riesgo apunta a que no van a salir al mercado a comprar los grandes producto caros que contienen cobre".
"Así que existe la preocupación de que, si bien la demanda debería, en teoría, recuperarse, puede que no se recupere en la medida que esperamos porque la gente no va a salir a comprar un coche nuevo o una lavadora nueva".
Joannides explica que esto ocurre a pesar de que Wood McKenzie había pronosticado una mayor demanda de cobre para la segunda mitad de este año al reiniciarse las economías y los sectores.
Según Fitch Solutions, las restricciones generalizadas principalmente en los países de América Latina, que comenzaron en marzo y empezaron a levantarse en mayo, han lastrado su previsión sobre la producción de minas de cobre para 2020.
"Ahora pronosticamos que la producción mundial de las minas de cobre se contraerá un 2,6% en términos anuales", afirmaba la agencia.
"Entre los metales, esperamos que el cobre y el estaño registren las mayores caídas de la producción de 2020, y esto se debe en gran medida a que la minería de estos metales se concentra en las regiones con mayor impacto, Asia y las Américas".
Fitch Solutions dijo que esperaba que la minería de cobre repuntara en el segundo semestre de 2020, pero añadió que la recuperación probablemente sería limitada.
"Algunos mineros ya han comenzado a reducir las expectativas de producción para el resto de 2020 pues se enfrentan a la aplicación de medidas de seguridad sanitaria".
Teóricamente, se supone que los precios del cobre van en consonancia con la economía. Durante años, los analistas habían mirado el metal creyendo que su repunte indicaría un auge económico, una creencia fuera de lugar por la terrible desalineación entre los dos en los últimos años.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó el lunes un tratamiento de plasma sanguíneo para el COVID-19. También se h sabido que la Administración Trump estaba trabajando para tratar de comercializar una vacuna para el virus desarrollada por el Reino Unido antes de las elecciones presidenciales de noviembre.
Si bien esos esfuerzos podrían impulsar las esperanzas de un repunte económico más rápido, las previsiones sobre los precios del cobre siguen sin estar claras por ahora.