El campo de la investigación de las inversiones no está bien preparado para abordar los temas macroeconómicos actuales, dado que la mayor parte de las investigaciones provienen de las perspectivas de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón. Vivimos en un mundo donde el 60 % del crecimiento total viene de Asia, y muy pocas personas estudian o viajan a este continente. Pero, esto no impide a nadie tener su opinión. Lo superficial que suele ser esta opinión y la frecuencia con que ignora los cambios fundamentales que están atravesando los modelos de negocios en toda Asia son alarmantes. En este momento, Asia precisa una "pequeña crisis" para la creación de un mandato para cambiar el paradigma de desarrollo y crecimiento. En China, se trata de la economía sumergida, la burbuja del mercado inmobiliario y la contaminación. En el resto de Asia, se trata de la financiación de los déficits de las cuentas corrientes, la necesidad de nuevas reformas para alcanzar el próximo nivel de evolución económica; y por último, tanto en Asia, como en otros continentes, este es un año electoral en muchos países de gran población (India, Indonesia, Sudáfrica, Brasil y Turquía, entre otros).
Observé un cambio significativo durante mi último viaje en noviembre de 2013 a Singapur, Hong Kong e Indonesia: había un sentido de urgencia, una comprensión y por último una aceptación del hecho de que el modelo de negocios asiático, que implicaba actuar como el centro de producción mundial, estaba bajo presión. Los aumentos salariales, los menores volúmenes de las exportaciones, los costes de las importaciones cada vez mayores y los decrecientes precios de los productores han puesto a prueba los márgenes en las compañías, como se ha visto en la reciente ola de "malos tratos" respecto de los productos suntuosos controlados en China. El ciclo de crédito se encuentra en la fase difícil, en la que todo gira en torno a una combinación de fracasos, intervenciones y gestión de crisis.
Esta crisis es considerablemente más profunda y tendrá un impacto mayor al que muchos creen. La ralentización de Asia significa que el 60 % del crecimiento mundial se encuentra bajo presión. (China proporcionó el 36 % del PIB mundial, mientras que Asia, sin incluir a Japón y a China, proporcionó otro 24% en 2012). Asia sigue exportando deflación, y las compañías exportadoras en Europa y EE.UU. pronto notarán que no solo sus márgenes se están reduciendo, sino también sus volúmenes. La sobreinversión asiática alimentó a una buena parte de la demanda de productos de países de la OCDE. Sin embargo, ahora la demanda debería comenzar a desacelerarse a medida que Asia y China adaptan sus modelos a lo que será la nueva etapa; durante la que los próximos 5 a 10 años verán el crecimiento de Asia entre un 3 a 5 %, después de encontrarse en un 7 a 10 %, y China se ajustará a un crecimiento estable de un 5 %, a diferencia del 10 % o más de los últimos años.
Esta crisis comenzó con los Cinco Frágiles (Brasil, India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica), recibió un mayor impulso de Argentina y Latinoamérica, y ahora incluye también a Europa del Este. El rublo ruso está casi tan débil como en su peor nivel durante la crisis financiera.
Rusia, que se acostumbró a "actuar a su manera" está llegando cada vez más al punto en que su dependencia del resto del mundo, y ciertamente del crecimiento mundial, es más y más importante. La energía representa el 50 % de los ingresos de Rusia y el 25 a 30 % de su PIB. En Rusia el crecimiento tiene una correlación casi perfecta con el desarrollo de los precios del petróleo.
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Mientras tanto, siguen los rumores sobre la potencial devaluación del rublo, que el presidente Putin y el Banco Central niegan: Putin niega la devaluación y el Índice de Gestores de Compras (PMI) de Rusia muestra la retracción de la economía:
Entonces, desde Asia hasta Rusia y Latinoamérica, pasando por todos los mercados emergentes en general, el punto es que esta suerte de "historia argentina" está afectando a la mayoría de los motores de crecimiento del mundo; y a menos de una semana de que era imposible abrir el periódico o encender la televisión sin ver o leer que el mercado estaba fantástico y que la recuperación y un mayor crecimiento estaban en camino. Y por supuesto, ¿qué mejor que el FMI y el Banco Mundial aumenten sus predicciones de crecimiento? Pero todos estaban dejando de lado lo que probablemente sea el catalizador más fundamental de cualquier mercado: el tipo de cambio.
La moneda siempre lidera en reacción a los sucesos, en lugar de seguirla. Esto se debe a una mayor liquidez y a la realización de operaciones durante las 24 horas, en particular en los mercados emergentes. Aceptémoslo, los retornos de los mercados emergentes están impulsados casi exclusivamente por cuestiones del tipo de cambio. Existen diversos estudios que señalan que las fluctuaciones del tipo de cambio en los mercados emergentes (ME) se traducen en un rendimiento de más del 100%. Esto significa que la inversión en bonos y acciones de ME tiene un retorno acumulado negativo neto. En términos más directos: el tema de los mercados emergentes no se centra en las economías locales o siquiera en la creencia de los inversores en los países, sino en las fluctuaciones del tipo de cambio que reflejan los diferenciales de la tasa de interés y la inflación. Ahora, estos mismos indicadores nos dicen: no hay retorno excedente aquí, vaya a otro lado.
Hemos regresado al punto de partida. En lugar de perseguir esos grandes rendimientos de los ME, el mercado puede comenzar a tratar de preservar el capital (y ya lo ha hecho). Estas, sin embargo, son buenas noticias: es mejor operar sobre la base de las variables fundamentales que permitir que la imprenta de la Reserva Federal continúe forzándonos a seguir en esta cacería infructuosa, es decir, a tomar riesgos para sumar a duras penas unos pocos puntos básicos con la esperanza de obtener un retorno.
Para los inversores interesados en las correlaciones, la volatilidad y los mercados emergentes, en abril de 2013 Robeco Fund Management publicó un trabajo excelente titulado: The volatility effect in emerging markets (El efecto de la volatilidad en los mercados emergentes). La conclusión dice:
"En particular, sobre la base de la volatilidad de los últimos tres años, una cartera de cobertura del quintil superior menos inferior reequilibrada cada mes exhibe un diferencial de retorno bruto negativo del -4,4 % por año sobre nuestro período de muestra entre 1989 y 2010. Si se lo ajusta por las diferencias del beta de mercado, esto equivale a un diferencial alfa negativo estadísticamente relevante de -8,8 %. El diferencial alfa se mantiene significativo y considerable tras aplicar las correcciones por dimensión, valor y efectos del impulso. En línea con otros estudios sobre el efecto de la volatilidad, observamos que el alfa negativo de las acciones más volátiles es mayor al alfa positivo de las acciones menos volátiles".
Los mercados comenzaron el 2014 con precios fijados para la perfección, la que –por desgracia– no suele ocurrir. No obstante, lo que traerá el 2014 es un año en el que la volatilidad aumentará en todos los aspectos. La economía mundial, los flujos de capital y los inversores están buscando un nuevo equilibrio. Como afirma George Soros en su libro sobre la reflexividad: el mercado nunca se encuentra en un equilibrio estático, siempre está buscando un nuevo precio de liquidación. Durante los últimos tres a cuatro años, tuvimos la ilusión de que en verdad habíamos hallado un equilibrio estático y no dinámico; lo que significa que hallar el nuevo y mejor equilibrio requerirá en gran medida de la prueba y el error. Así como la crisis asiática de fines de la década del ochenta, la crisis del Mecanismo de Tipos de Cambio (MTC) del Sistema Monetario Europeo de 1992 y la crisis financiera global de 2008, valdrá la pena, porque debemos hallar el nuevo modelo para el crecimiento mundial. De lo contrario, estamos destinados a fracasar en la creación de suficiente crecimiento como para mantener a todos satisfechos; y al final del día, lo más que podemos acercarnos a la perfección es gestionando una crisis en forma productiva.
POSICIONES DE MERCADO
Renta fija:
Mis modelos siguen siendo muy escépticos en cuanto a mayores precios de renta fija (menor retorno). La jugada se ha extendido y aún espero vender. Mi buen amigo, el Sr. E, señala que habrá cierta laxitud estacionaria en la renta fija de EE.UU. durante el mes próximo; yo estoy cansado de esperar con la renta fija, pero espero vender.
Materias primas:
Gas natural: Se compró cierta profundidad con el dinero de venta. El tiempo sigue indicando "fuertes heladas", pero esta jugada ya está demasiado repetida, incluso con los pronósticos actuales: Se espera otra ola polar y los próximos 10 días para Washington (-6/+7 grados Celsius a partir del viernes…)
Brent: Largo recorrido ayer por la mañana hasta niveles de 107,50 (llegó a 105,00). WTI y Brent operan en un canal de reversión media muy clara en este momento:
Oro: Sigo esperando resultados del dinero de venta del oro (sobre la base de los mayores retornos que indican mis modelos).