Novedades la pasada semana en lo referente a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos por partida doble, y todo ello con incidencia muy directa en el EUR/USD. Veamos a continuación aquello que conviene tener muy en cuenta y por qué.
El euro es cierto que se ha visto favorecido por diversos factores tales como:
1º) La buena evolución de la economía de la eurozona: tanto la producción como los nuevos pedidos se incrementaron a un ritmo no visto en los últimos años. Francia, que fue durante bastantes meses un lastre, ha presentado sus credenciales con su sector manufacturero creciendo primera vez en ocho meses con una fuerza no igualada en casi tres años. Respecto a las presiones inflacionistas en el sector manufacturero de la zona euro, se evidencian señales de recuperación.
2º) Los resultados corporativos: de momento han presentado resultados el 60% de las compañías del Stoxx 600, de las cuales el 56% han mejorado las previsiones.
3º) Las palabras de Trump: hace siete meses lanzó el mensaje de que no deseaba un dólar fuerte. Este mantra ayudó a que la divisa comunitaria se fortaleciera frente al billete verde.
4º) El mercado esperaba la finalización del programa QE.
Pero ahora han entrado en escena otros nuevos factores que debieran de hacer revertir la fortaleza del euro frente al dólar en favor de éste último. Estos factores son los siguientes:
– Tapering: El programa QE se mantiene y se continuará comprando activos y destinando mensualmente 60.000 millones de euros en lo que resta de año. Desde enero de 2018, hasta septiembre de ese mismo año, la cuantía mensual pasa a reducirse a la mitad, a 30.000 millones de euros. La coletilla de que si las condiciones variasen y fuesen menos favorables, el programa QE se mantendría e incluso se podría incrementar su volumen y cuantía, o su duración, o ambas cosas a la vez, no fue del agrado del euro. La verdad es que el Banco Central Europeo (BCE) tenía que elegir entre una reducción más intensa del volumen pero prolongada en el tiempo o entre una reducción del volumen menos intensa pero con una fecha de caducidad más cercana en el tiempo. Finalmente optó por la primera opción.
– Tipos interés del BCE: Se aleja la fecha en la que Draghi podría comenzar a subir los tipos de interés. En un principio sería finales de 2018, pero ahora todo apunta a que habrá que irse a bien entrado el año 2019. Esto se debe a que tiene que pasar un tiempo amplio entre el final del programa QE y el inicio de tipos de interés, aparte de que las previsiones de inflación no ayudan precisamente.
– Tipos interés de la Fed: Los futuros de fondos federales reflejan una probabilidad del 96% de que la entidad suba los tipos de interés en su próxima reunión del 13 de diciembre (un mes que en los últimos años le ha gustado a la Fed subir los tipos). Ello supondría el tercer incremento en lo que va de año tras las subidas en marzo y en junio.
Además, la economía estadounidense va bien, sumó 261.000 empleos en octubre y la tasa de desempleo bajó al 4,1% lo que supone el nivel más bajo desde diciembre del año 2000. El déficit comercial se amplió sensiblemente más de lo esperado en septiembre debido a que el aumento de las exportaciones de bienes y servicios se vio compensado por un salto en las importaciones. Los pedidos de fábrica suben un 1,4% y el PMI no manufacturero asciende a 60,1.
– Reforma fiscal de EE.UU.: Trump sigue con su compromiso de sacar adelante su reforma fiscal antes de Acción de Gracias (23 noviembre) para que el Senado tenga un mes antes de Navidad. En principio, la reforma fiscal en los términos en los que está planteada a día de hoy ayudaría al dólar.
– Tema Cataluña: Aunque de momento no está sacudiendo los mercados, es inevitable que si se enquista en el tiempo y las tensiones se incrementan, perjudicará al euro.
Por tanto, el diferencial de tipos de interés entre Estados Unidos y la eurozona, unido a la incertidumbre del tema de Cataluña, a la reforma fiscal de Trump y a que el tapering es tan progresivo y gradual que buena parte de su efecto en el euro ya fue descontado por el mercado en su momento, tendríamos razones o motivos para pensar que el dólar debería de estar más fuerte que el euro, lo que se traduciría en caídas en EUR/USD, aunque hay que tener en cuenta que no sería algo lineal y constante, más que nada porque las causas expuestas no aparecerán todas a la vez en el tiempo, sino que se irán dando en momentos diferentes.