Por Benjamin Schroeder
El rendimiento del bono de EE.UU. a 10 años (UST) se está acercando a la marca del 4% como si un informe de empleo débil mañana fuera un hecho. Pero subyace también un nuevo deslizamiento de las expectativas de inflación. Sin embargo, la parte delantera se está quedando rezagada y, dado que ya tiene un precio agresivo para los recortes, probablemente necesitará que éstos sean más inminentes para seguir subiendo.
Las tasas siguen bajando, pero la parte delantera va a la zaga
Los rendimientos del mercado siguieron cayendo, con el UST a 10 años hundiéndose ayer hasta el 4.11% y el bono alemán (Bund) a 10 años hasta el 2.2%. El motivo fue un informe de nóminas privadas ADP más débil, aunque algunos señalarán que la correlación con los datos oficiales de nóminas que se publicarán mañana es negativa. Posiblemente más relevante para el panorama general fue la cifra del 5.2% de crecimiento de la productividad en el tercer trimestre. Facilitó una caída del 1.2% de los costos laborales unitarios, lo que supone un impulso positivo para una Reserva Federal que sigue mostrándose preocupada por la inflación. Otro factor de apoyo fue un nuevo descenso de los precios del petróleo, que vio caer el crudo WTI por debajo de los 70 dólares por barril.
Este panorama de reevaluación de la inflación como factor impulsor coincide con una nueva caída de los swaps de inflación, en EE.UU. de más de 7 puntos base a 2 años y de cerca de 5 puntos base a 10 años. En euros, la caída de hoy ha sido menos pronunciada, pero la caída general de los swaps a 2 años, por ejemplo, desde una horquilla de alrededor del 2.65% durante los meses de verano hasta el 1.8% actual es elocuente.
Es notable en la sesión de ayer que el ya agresivo descuento en los recortes de tasas está luchando por profundizarse aún más, lo que significa que las curvas se están invirtiendo más a medida que las tasas bajan. En EE.UU., el rendimiento de los UST a 2 años subió hasta el 4.6%. las tasas de interés del euro también subieron ligeramente.
Peter Kazimir, del Banco Central Europeo, se mostró algo reticente y calificó de "ciencia ficción" las expectativas de un recorte de tasas en marzo. Un poco antes, Kazaks, también del BCE, que no ve la necesidad de recortes en el primer semestre del próximo año, sí reconoció que si la situación cambia, también podrían hacerlo las decisiones. Esto es lo que el miembro del Comité Ejecutivo, Isabel Schnabel, había insinuado también a principios de esta semana. Por el momento, el BCE es probablemente tan inteligente como el mercado, ya que tendrá que confiar en los datos. El BCE hace bien en mostrar cautela y subrayar los riesgos persistentes, pero intentar microgestionar ahora sólo puede aumentar la volatilidad del mercado.
Las expectativas de inflación han disminuido en las últimas semanas.
Acontecimientos de hoy y visión del mercado
La rentabilidad de los UST a 10 años se acercó ayer al 4.10% y llamó a la puerta de la gran cifra del 4%, antes de verse impulsada al alza durante la noche por una subasta de deuda pública japonesa a 10 años más débil. Aún así, el mercado sigue esperando que el informe de nóminas del viernes sea débil: el ADP, más suave, apuntaba en la dirección correcta, pero los mercados parecen estar pasando por alto su pobre historial de previsiones esta vez.
Hoy hay más indicadores del mercado laboral estadounidense que digerir, con las peticiones iniciales y continuas de subsidio de desempleo, así como las cifras de recortes de empleo Challenger. Las primeras podrían estar sujetas a la volatilidad estacional de las fiestas de Acción de Gracias.
En Europa, estaremos pendientes de los datos finales del PIB del tercer trimestre, así como de las comparecencias programadas de Holzmann y Elderson del BCE.
En los mercados primarios de deuda pública, la atención se centrará en la última subasta de bonos franceses y españoles del año. En EE.UU. seguimos pendientes de las próximas ventas de bonos a 3 años, 10 años y 30 años la semana que viene.
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