La moneda única europea fue introducida como divisa el 1 de enero de 1999 y las bolsas de la zona euro, entre ellas la española y la alemana, iniciaron ese año cotizando en euros. Para llevar a cabo la comparación entre estas, me basaré en el Dax 30, principal índice de la bolsa alemana, que incluye dividendos, y en el Indice General de la Bolsa de Madrid (IGBM) con dividendos incluídos.
Desde la creación del euro hasta el cierre de 2017, la rentabilidad nominal antes de impuestos de ambas bolsas ha sido similar: del 6,64% anual en el caso de la alemana y del 6,07% anual en el caso de la española.
Si descontamos la inflación, que fue de una media del 1,03% anual en Alemania y del 1,52% anual en España, la diferencia a favor de la bolsa alemana se amplía. En términos reales, un inversor residente en Alemania habría obtenido una rentabilidad del 5,55% anual mientras que un inversor residente en España, del 4,48%.
Cuando consideramos el período de 1991 a 2017, la bolsa española fue más rentable: 10,32% vs. 8,58% anual. En este período, la inflación media fue del 2,75% anual en España y del 1,75% anual en Alemania, de modo que en términos reales la diferencia se redujo en un 1% anual. Es decir, la rentabilidad real fue del 7,32% anual para la bolsa española y del 6,72% anual para la alemana.
Si dividimos este período en dos, el primero de 1991 a 2007 y el segundo de 2008 a 2017, hay una clara diferencia. En el primero, el mercado de valores español fue mucho más rentable (16,34% anual vs. 10,86% anual). En cambio, en los ultimos diez años, el mercado alemán lo ha hecho mejor: 4,82% anual vs. 0,79% anual.