Un rumor, o mejor dicho, una filtración del gobierno chino acerca de sus represalias contra EE.UU. en temas de aranceles y guerra comercial está sacudiendo hoy a los mercados.
Concretamente, se habla de lo siguiente:
– Aranceles a 106 productos estadounidenses, entre los que estaría la soja estadounidense (EE.UU. es el segundo mayor exportador de soja del mundo y China el mayor importador). Sería del 25%.
– Posibles aranceles sobre automóviles, productos químicos, maíz, algodón, naranjas, trigo, tabaco y plástico.
La reacción no se hizo esperar: caen las bolsas y la soja, sube el oro.
El oro está subiendo y no presentará el menor síntoma de debilidad mientras siga por encima de los 1311 dólares, ya que perder esta referencia implicaría salir por abajo de su rango lateral en el que lleva inmerso desde el pasado mes de febrero.
La soja cae con fuerza un 5% en estos momentos. Seguramente haya inversores que prueben en los 947,88 dólares una compra rápida en busca de un rebote al alza.
Y es que China tiene a los mercados y a los inversores en vilo, no sólo por el tema de la guerra comercial con Trump, sino también por la gran deuda que tiene. La deuda será del 260% del PIB a finales de este año, la misma que hace 12 meses y en términos nominales significa que el crecimiento de la deuda se está desacelerando aproximadamente al mismo ritmo que la economía.
Recordemos que China es uno de los países con mayor riesgo de enfrentarse a una crisis bancaria. Regulaciones más estrictas, restricciones a los préstamos entre instituciones financieras, y un aumento gradual en los costes de endeudamiento durante el último año han contribuido a la desaceleración del crecimiento del crédito.
Pero sigamos con la guerra comercial y las represalias. En una rueda de prensa, esta mañana el ministro de comercio chino ha dicho que aún está la puerta abierta al diálogo con Trump, pero que si ellos deciden luchar no se van a quedar mirando, responderán también luchando. Hasta aquí, normal la reacción; lo que sucede es que China tiene más que perder en todo esto que Estados Unidos, básicamente porque las exportaciones a Estados Unidos son un factor clave en su modelo económico. El superávit comercial a favor de China se vería directamente golpeado por una escalada proteccionista entre las dos mayores economías del mundo. Es por ello que, potencialmente, China está mucho más expuesta, de ahí que siga tendiendo la mano a Trump hasta el último momento.
Por tanto, existe una fuerte dependencia de China sobre el mercado estadounidense, por lo menos hasta que el gigante asiático encuente mercados alternativos para sus exportaciones.
Hasta el momento, el único ganador en la guerra comercial parece ser el yen japonés, para colmo de males del Banco de Japón, dado que un yen más fuerte no les ayudará a alcanzar su meta de inflación.
Ojito a las Bolsas europeas, el futuro del Dax vuelve a estar en terreno muy delicado llegando de nuevo a su zona clave, por lo que una vez más, y así van bastantes meses, es el índice germano el que marca el camino al resto de mercados en el Viejo Continente.
Abril ha sido históricamente uno de los meses más fuertes del año para el mercado bursátil. Sin embargo, todas las ganancias llegaron en la segunda mitad del mes. En este primer gráfico pueden ver que la primera quincena de abril en los últimos 12 años fue desastrosa en prácticamente todos los sectores.
En cambio, en este segundo gráfico, pueden ver cómo la segunda quincena es maravillosa.
El rendimiento del bono a 10 años cayó siete puntos básicos la semana pasada al 2,74%. Por su parte, el rendimiento a 30 años cerró por debajo del 3% por primera vez desde el mes de enero. Mientras tanto, los vencimientos más cortos cambiaron muy poco, lo que deja la curva de rendimiento de 2 a 30 años en la más plana desde el año 2007.