El presidente mexicano Enrique Peña Nieto anuncio un ambicioso proyecto de reforma energética de la principal empresa estatal mexicana y motor más poderoso de la economía nacional, la petrolera Pemex. Por primera vez en 53 años un Presidente de la República propone al congreso modificar la constitución para permitir la inversión de capital privado en el sector energético.
Peña Nieto, representante del tradicional Partido Revolucionario Institucional (PRI), busca con la reforma energética consolidar el Pacto por México, acuerdo nacional para el crecimiento económico, el empleo, la competitividad y la inclusión social. Como parte de dicho Pacto ya se han logrado reformas en educación y telecomunicaciones, dos importantes pilares junto con el sector energético que transformarán el futuro devenir de México.
El plan se basa en abrir el sector energético de México al capital privado. Se propone cambiar los artículos 27 y 28 de la Constitución para permitir contratos de Petróleos Mexicanos (Pemex) con la iniciativa privada. La reforma busca facultar al estado para celebrar contratos de utilidad compartida, que permitan mantener el control absoluto sobre el petróleo, explicó el presidente Peña Nieto al presentar su propuesta.
Pemex, una de las empresas productoras más grandes del mundo, requiere inversión privada para ser capaz de recuperar sus niveles de producción que han caído a 2,5 millones de barriles diarios y proyectar producciones de 3,5 millones de barriles diarios para el año 2025. Esta reforma permitirá al gobierno celebrar contratos de utilidad compartida con el sector privado cuando así convenga al interés nacional y, con ello, generar energía más barata para todas las familias mexicanas. (Los contratos de utilidad compartida dejan el petróleo y el gas en control del Estado y comparten un porcentaje de la utilidad/ganancia con los inversionistas).
El Presidente insistió en que si se permite la participación de capital privado en las operaciones de Pemex se impulsará a los demás sectores de la economía y habrá un ritmo más acelerado en el crecimiento. A su vez mejorará la transparencia de la empresa, objeto en estos últimos años de escándalos de corrupción por desvío de recursos a fines electorales y enriquecimiento de líderes sindicales.
A simple vista parece que dicha reforma energética podría traer amplios beneficios a distintos sectores de la economía mexicana. Sin embargo la oposición conservadora y gran parte de la sociedad ve estas modificaciones con desconfianza. Pemex es un ícono de la soberanía nacional y tanto la empresa como los hidrocarburos nacionales son parte importante del orgullo mexicano.