- Presenta sus resultados del 1T este miércoles, 5 de mayo, tras el cierre del mercado
- Expectativa de ingresos: 3.300 millones de dólares
- Expectativa de BPA: Pérdida de 0,54 dólares
Los servicios de transporte compartido se han convertido en un indicador clave para la reactivación de la vida normal en esta economía golpeada por la pandemia. Las reservas de viajes se desplomaron el año pasado debido a que la rápida propagación del virus obligó a los Gobiernos a hacer cumplir las medias de confinamiento junto con cierres masivos de empresas y oficinas.
Esa situación ha lastrado las acciones de Uber Technologies (NYSE:UBER), el servicio de transporte más grande del mundo. Las acciones se desplomaron junto con las acciones de todos sus competidores.
Pero a medida que los despliegues de vacunas ganan fuelle en Estados Unidos y otras economías desarrolladas, los viajes se están recuperando, lo que significa que también se recuperan los flujos de efectivo para estas empresas.
Uber informó el mes pasado que sus reservas brutas en marzo fueron las más elevadas del último año. La unidad de movilidad de la compañía, que se encarga de los servicios de transporte, aprobó una tasa de ejecución de 30.000 millones de dólares en reservas brutas anualizadas ese mes, mientras que el promedio de reservas diarias aumentó un 9% con respecto a febrero.
El negocio de reparto de comida de la compañía prosperó durante la crisis sanitaria mundial, ayudando a mitigar el impacto proveniente de la disminución en el ámbito del transporte. El servicio de reparto de comida de Uber, Uber Eats, creció más de un 150% en marzo frente al año anterior, superando una tasa anualizada de viajes de 52.000 millones de dólares pues cada vez más personas piden comida para llevar.
La demanda de viajes se está recuperando más rápido que la capacidad de Uber para encontrar conductores, según ha dicho la compañía, y la demanda de reparto de comida sigue superando la disponibilidad de unidades de reparto. Uber planea gastar 250 millones de dólares para que los conductores vuelvan a las calles y reclutar otros nuevos a medida que la pandemia de coronavirus se relaja en Estados Unidos.
La amenaza de las regulaciones
La evidencia anecdótica sugiere que algunos de los mayores empleadores estadounidenses están dispuestos a traer de vuelta a los trabajadores a las oficinas. JPMorgan (NYSE:JPM) & Chase pretende que el 50% de sus trabajadores vuelvan a sus oficinas en julio.
El director ejecutivo, Jamie Dimon, explicaba en el Consejo de Directores Ejecutivos del Wall Street Journal:
"Queremos que la gente vuelva a trabajar, y mi opinión es que en algún momento de septiembre u octubre, todo será como antes".
A pesar de las fuertes tendencias de reserva, el repunte de las acciones de Uber se está desvaneciendo mientras los inversores trasladan sus fondos a acciones de valor apartándolos de los nombres tecnológicos de alto crecimiento. Las acciones de Uber cerraron el martes en 53 dólares, cerca de un 18% por debajo de los máximos de febrero.
Un impulso global para reclasificar a los trabajadores gig como empleados —lo que los haría elegibles para algunos beneficios laborales— es una amenaza que está poniendo nerviosos a algunos inversores. El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, incluyó en su campaña la promesa de reportar beneficios a los trabajadores gig y el secretario de Trabajo de Estados Unidos, Marty Walsh, intensificó la semana pasada el debate, diciendo a Reuters en una entrevista que "muchos trabajadores gig deberían ser clasificados como empleados".
Debido a una reciente sentencia en el Reino Unido que obligará a la compañía a clasificar a sus conductores como trabajadores, Uber espera registrar un importante coste de periodificación relacionado con estas reclamaciones históricas y otros costes relacionados en sus resultados del primer trimestre de 2021.
Aun así, Uber dice que va camino de alcanzar la rentabilidad del beneficio ajustado trimestralmente antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización en 2021. Wells Fargo (NYSE:WFC) Securities, en una nota reciente, actualizaba su calificación de Uber a “sobreponderada”, favoreciendo las acciones de la compañía como activos a largo plazo. Su valor "sigue ligado a las tendencias de crecimiento que se mantendrán mucho después de que los trastornos provocados por el coronavirus se hayan calmado", escriben los analistas de Wells Fargo en un comentario.
En conclusión
El modelo de negocio de Uber demostró ser muy resistente durante una de las mayores crisis económicas de nuestros tiempos. La compañía atraviesa una buenísima racha en el entorno postpandemia, en el que su negocio de reparto de alimentos sigue generando fuertes flujos de efectivo, mientras que los viajes están recuperando su ritmo rápido.