El fuerte descenso de la cifra de activos dudosos y de adjudicados durante la crisis por parte de la banca española tiene un único objetivo final: aumentar la oferta de crédito solvente.
Es cierto que el descenso de la tasa de morosidad está siendo más moderado que en otros periodos similares en el pasado, aunque sin apenas diferencias si la comparación es en términos de volumen:
La diferencia es la atonía en el comportamiento del saldo de crédito como consecuencia del continuo ajuste de deuda acumulada por parte de familias y empresas. La deuda de ambos sectores económicos ya está cerca de niveles europeos, lo que anticipa en un contexto de fuerte crecimiento económico que el desapalancamiento podría estar próximo a su fin.
La prosperidad económica se apoya en sistemas financieros que funcionan bien, lo que pasa necesariamente por contar con una buena regulación y supervisión y por una estrategia clara de los bancos para aumentar su rentabilidad y su solvencia. Es importante que los lastres del pasado no interfieran en la estrategia para el futuro. En beneficio de los bancos, pero especialmente de sus clientes, que son su razón de ser.